sábado, 11 de febrero de 2012

CCAVM vs amanecer

El otro día al volver de fiesta a eso de las seis de la mañana, yo me encontraba sorprendentemente bien para ser la típica noche de salir, beber, el rollo de siempre... Volvía a mi casa junto con una amiga mía agradable a la vista, pero por la que los años de sólo amistad habían hecho que guardara poca o ninguna intención de intentar ligármela (de estas mujeres que me dice “Ven y fóllame” y voy me la follo, pero que si me dice “Ven y lígame”, pues paso). Al llegar a mi cuarto, en vez de dejarme caer borracho y vestido en la cama como tantas veces atrás he hecho, cogí el portátil y me puse a ver un capítulo de “Cómo conocí a vuestra madre” a modo de pastilla contra el insomnio. Mi amiga sorprendida por mi actitud me dijo:

- ¡Ey! Va a salir el Sol ¿qué haces en el ordenador cuando puedes ver el amanecer?

- Estoy cansado, me apetece ver un capítulo antes de dormir.

- Estás enganchado al ordenador, no lo dejas ni para ver el amanecer. – Dijo con cierto tono de desprecio en su voz, antes de retirarse.

Pensad detenidamente la situación. He una reprimenda debido a que mi amiga pensaba que quedarme sentado en el ordenador es una perdida de tiempo pudiendo aprovechar la belleza infinita que ofrece el Sol saliendo por tras el horizonte. Bien. ¿Qué insinuaba? ¿merece más la pena ver el amanecer que CCAVM? Analizemos...

Primero, a mi la gente que actúa como si poseyera un artista interior oculto a explotar, pues me repatea. Y me molesta no por su actitud de buscar la belleza idílica en la artificialidad de una bolsa de plástico revoloteando por le aire, o por admirar la composición artística suburbana de una foto de un skater en sepia. No, puedo lidiar con todo esto. Lo que me molesta es que critiques mi actitud de ver la tele plácidamente, en vez de ponerme a pintar cuadros, tocar el oboe o ver el jodido amanecer.

Si quiero tirar mi vida a la basura, es cosa mía oye. No todos podemos ser artistas y sobresalir entre la muchedumbre, puesto que la generalidad nos transformaría en un nuevo populacho, pero que en vez de ver Padre de Familia, ir al fútbol o masturbarnos viendo porno, dedicaríamos nuestra vida a ver documentales de la 2, ir a museos o masturbarnos escuchando ópera (¿os lo imagináis? Nos masturbaríamos pensando en las cantantes gord@s, menuda población de degenerados seríamos...), actividades artísticas que tampoco aportaría nada a nuestra realización personal.

¿Y qué tiene de malo ver una serie mientras sale el Sol? ¿Que es más bonito el amanecer? pues sí oye, no te lo niego, pero ni el Sol es tan gracioso como Marshall, ni tan crack como Barney (Ted no sé porqué no ha sido despedido todavía, aunque la serie se llame “Cómo vivían mis colegas antes de que conociera a tu madre y mi aburrida vida se fuera al carajo”), o sea que si quiere aumentar su audiencia que empieze a currarse el guion un poquito, que lleva millones de años con la misma actuación. Si por otra parte se trata de una cuestión de exclusividad, el Sol ha salido más veces que capítulos tiene cualquier serie de televisión, eso seguro, o sea que más le vale también cambiar de horario, que salga una vez al mes y se haga un poco el difícil, porque si lo tengo ahí todos los días, pues es como los simpsons, si no lo veo hoy, pues ya lo veré mañana...

Aparte que pensadlo detenidamente, si el Sol es tan brillante, será por algo. Quizá le molesta que estén mirándolo, será un tío tímido, o yo qué sé. La naturaleza no nos brindó la capacidad de mirar al Sol, y dicen que la naturaleza es sabia, aunque también dicen “a quien madruga Dios la ayuda” y si madrugas lo único que te va a pasar es que te vas a morir de sueño, colega...