martes, 24 de diciembre de 2013

Crítica expansión deportiva selectiva

No sé si es evolución social, o tontería demasiado extendida. No sé si es cosa de la globalización, o del afán por el americanismo. No sé si es un interés real, u otra moda pasajera. Una vez más, escribo de algo que no tengo ni idea de lo que es, pero yo me voy a limitar a opinar con mi opinión subjetiva que es la única que tengo. ¿Qué coño le pasa a la gente últimamente? porque estoy escuchando cosas como:

- ¡Ey! ¿Vas a ver el combate hoy? Si quieres quedamos en mi casa y lo vemos allí. Pacquiao está que se sale últimamente

- ¡Ey! Hoy es la final de la SuperBowl. Deberíamos ir a un bar a verla y ver si Los Isotopos de Albuquerque prometen espectáculo.

- ¡Ey! Hoy televisan Philadelphia Flyers contra Montreal. Dos equipazos sobre el hielo pelearán a muerte por el disco. Va a ser impresionante. 

(Se puede apreciar a simple vista que el tercer ejemplo tiene una frase claramente forzada. ¿"Dos equipazos sobre el hielo pelearán a muerte por el disco"? ¿Quien habla así? ¿Estaré perdiendo las pocas facultades de escritor que tengo? Nótese evidentemente que nadie iba a tener ni puta idea de que estaba hablando de hockey sobre hielo si no llego a poner esa frase tan aclaratoria. Se trata de una imperfección en esta obra de arte literaria, necesaria para la correcta comprensión del lector. A veces me sorprendo a mí mismo, porque hay veces que escribo más entre paréntesis que sin paréntesis...).

Primero: ¿Por qué llaman siempre mi atención diciendo "Ey"? ¿Es que me invitan a un partido en su casa y ni siquiera se saben mi nombre?

Segundo: ¿Por qué demonios iba yo a ver un combate de boxeo, la SuperBowl o un partido de hockey cuando no lo he hecho en mi vida? ¿A qué viene todo esta ola de cultura deportiva extranjera tan de repente?

Suelto una teoría al aire. Se me ha ocurrido que puede ser porque simple y llanamente, es lo que pasan por la tele. Siendo este el caso yo no sería el más indicado para quejarme puesto que para ver la tele tengo menos criterio que un perro para comer. Como mi antigua ex-novia, soy de los que se tragan lo primero que pasa por ahí, y gracias a eso tengo todavía unos cuernos que raspo el techo, y un conocimiento bastante amplio sobre dibujos animados (os habréis dado cuenta con la temática del blog), pero yo no voy presumiendo por ahí, ni invitando a mi casa a mis colegas para echarnos unas birras y vernos unos capitulazos de Phineas y Ferb.

Pero pensadlo detenidamente unos segundos. ¿Por qué nadie comenta las últimas noticias sobre curling, la última actuación de un patinador o la batida del antiguo record de salto de esquí? La tendencia ha tirado hacia los deportes americanos más molones al parecer.¿Coincidencia? ¿O es el americanismo que tanto nos venden? Primero fueron las hamburguesas, ahora el fútbol americano y los combates de tele por cable en casa de nuestro amigo Carl... Eso sí, la tontería se va a permitir hasta que intenten llamar al fútbol soccer. Por ahí no ¿eh? ¡POR AHÍ NO!

domingo, 15 de diciembre de 2013

Crítica uso indebido de la primera conjugación del plural

He podido observar últimamente un fenómeno anómalo que sufre nuestra sociedad, y creo que puede deberse a:

a) Mi desconocimiento de todos los nombres de los jugadores de los equipos de fútbol o de cualquier otro deporte.

b) La incapacidad de la gente para concretar las barreras que forman los grupos humanos.

¿Y cómo es que encajan estas dos explicacones con el título que tiene la entrada? Ésta es la parte de la entrada en la que pongo un ejemplo esclarecedor para que no perdáis el hilo. Os sonorá haber escuchado cosas como:

"¡Hoy hemos ganado la eurocopa por segunda vez! ¡Que corra el vino!"

Lo primero que hay que destacar de este comentario es que se trata de un hombre generoso con el alcohol, por lo que no puede ser mala persona, así de primeras. Pero centrándonos en el tema a criticar ¿cómo que "hemos ganado el mundial"? Oye, permíteme que lo ponga en duda, pero no sabía que tú habías colaborado a ganar la eurocopa, hasta donde yo sé no eres Xavi Alonso, Piqué o Pepe Reina (bueno, si eres Pepe Reina, tampoco puedes decirlo...). ¿Estabas jugando en el campo? No. Entonces tú no has ganado nada, hombre. Tú como mucho has visto como los demás ganan, porque mírate seriamente al espejo, mira directamente a tu estado físico y que tu estado físico te devuelva la mirada, y piensa detenidamente si de alguna manera podrías llegar a contribuir que en una competición con uno de los mayores niveles de competitividad física del mundo gane tu equipo.

Todavía podría entender, que esta gente se sienta como un aficionado que apoya a tu equipo de manera incondicional y piense que sus deseos de victoria sean tan poderosos que se unen con el resto de aficionados y entre todos ejercen un poder metafísico que influye en su juego mejorándolo considerablemente, como una especie de bola genki como en dragon ball. Pero como todavía no se ha demostrado que todos los aficionados sean una especie de Sandro Rey, pues mira, yo me la voy a jugar y voy a decir que realmente el pensamiento de los televidentes no tiene influencia directa en el buen juego de los jugadores.

Todavía alguno podría pensar que como el nombre del equipo que ha ganado el mundial es España, pues España somos todos ¿no? Pues amigo, ni siquiera hacienda somos todos. Nos dicen eso para que paguemos nuestros impuestos como si fuera una cuestión de compañerismo, para que no nos demos cuenta de lo pazguatos que somos al hacerlo. Pues personalmente no sé quienes son más ilusos al fin y al cabo, los que se creen que son jugadores de fútbol, o los que se creen que su opinión cuenta para dirigir el país...

martes, 1 de octubre de 2013

Lógica de mujeres

Si veis las típicas críticas rápidas que tengo a la derecha, podréis leer el siguiente mensaje que publiqué hace un montón de tiempo, más o menos:

"Hoy he visto una cuenta de twitter que se llama "Lógicademujeres". Impulsado por la curiosidad no he tenido más remedio que seguir esa cuenta que por su nombre promete revelarme lo que representan mis mayores misterios."

 Muchas preguntas pueden surgirle al lector habitual al leerlo (y a mí me surge una también tras escribir esa frase ¿cómo van a haber lectores habituales si no publico habitualmente? No todo tiene sentido en este blog. Bueno, continuemos) ¿No aprende nunca este hombre que las mujeres no funcionan con lógica? ¿En serio pretende aprender sobre el modus vivendi femenino por seguir una cuenta de twitter? ¿Por qué copia y pega un mensaje que se puede leer perfectamente con tan solo desviar la mirada un par de centímetros? Pues porque si cambio el mensaje de críticas rápidas la entrada perdería coherencia al leerla. (Listo, que eres un listo).

Pero bueno la cuestión no es esa. La cosa es que si estuvierais delante mía os retaría a adivinar cuánto tiempo aguanté siguiendo a Lógica de mujeres, pero como no estáis, os lo diré directamente. Fueron cinco minutos. Cinco minutos de puro caos twiteril en los que no sabía qué estaba pasando, por qué me llegaban tantos tweets, no me daba tiempo a leer nada antes de que me saliera la advertencia de nuevos tweets sin leer... Vamos, algo raro empezó a pasar porque aquello no era normal, al menos para mí.

Todo sea dicho, yo soy un novato en esto del twitter (Reflexión repentina: ¿Por qué demonios se escribe twitter, nombre de la página, y tweet, nombre del mensaje? ¿No deberían guardar la misma raíz léxica?). Yo sigo a treinta personas, me siguen más o menos el mismo número y he publicado cincuenta tweets en unos seis meses. O sea que os podéis imaginar que yo no soy de esos que pone "Comida con los amigos @amigosimpáticoquecocinó, @compañeradeclasebuenorra @pesadoquecaemalynadiesabeporquésiguejuntándoseconustedes y @tuamigoelhipster-moderno. ha estado todo muy bueno y ahora a descansar un ratito (L) <3 :P 2:D #Cenaconloscolegas #Tweetimportantesquemecambianlavida #manerasdesalirdelacrisis". No. Soy un carroza twitterilmente hablando. Con deciros que una vez le mandé un tweet (obviamente sin respuesta) a Mariano Rajoy, pues os podéis imaginar el uso que le doy...

Lo curioso es que los tweets que enviaba y retweeteaba eran puro spam sin sentido, y frases de esas que pretenden con un caracter filosófico despertar ternura y demostrar cierta agudeza literal, pero que cuando una persona con dos dedos de frente lo lee lo único que piensa es "¿Quién es el pedante que está escribiendo esto?".

Nada de esto cogerá ya al lector por sorpresa. La tontería de que todo el mundo se cree filósofo callejero no es nada nuevo. Pero por lo que entendí en otros de sus tweets, parece ser que existe una especie de competición por ver quién tiene más seguidores en la red. Lógica de mujeres enviaba mensajes en plan "Sorteo de seguidores a todo el que me siga" ¿Cómo es esto? ¿Ante notario o cómo? U otros al estilo de "Retweeteo  al primero que me siga" Curiosamente habían muchos tweets de este estilo seguidos, o sea que o no consigue que le hagan caso y recurre a la insistencia del mensaje, o se trata de una burda estafa...

Pero ¿para qué iba a tener yo ganas de que me siga mucha gente en tweeter? ¿Para tener que proporcionarles material de entretenimiento gratuito? ¿Quién se creen que soy? ¿Un payaso virtual que escribe para hacer reír a los demás? Dios... si es que cuando me toman por primo me entran unas ganas de llegar a casa y ponerlos a parir en mi blog...

domingo, 8 de septiembre de 2013

Entrada redundante

Va a ser redundante, lo sé. Lo digo por este texto, por esta entrada que tecleo ahora mismo. Y ustedes no lo saben todavía pero les diré que es redundante porque la estoy publicando para decir que voy a publicar.

Lo han leído bien. La única finalidad de esta publicación es decir que voy a publicar. Pero aunque redundante, a mí me ha parecido necesario hacerlo, al menos desde un punto de vista moral. Porque resulta que el otro día estaba alojándome en casa de un amigo, y al abrir su ordenador vi mi blog ahí, en la típica ventana principal que te abre el Safari con las webs que más visitas, y pensé "Estos modernitos y con sus productos de Apple...", y luego de aparcar mis prejuicios hacia él también pensé "Tengo abandonado el maldito blog. Tengo que ponerme a escribir algo".

Llevar un blog tú solo de este estilo... a mí me parece muy difícil la verdad. Porque escribir siempre es difícil, yo creo que no hay ni un solo escritor que no tenga problemas para escribir, pero si añadimos a la hazaña que tengo que escribir intentando hacer reír, esto es jodidamente complicado.

Por eso escribo esta entrada. Por eso me permito la redundancia y la tontería de publicar una entradilla que como mucho le habrá hecho levantar la comisura del labio a alguno, para decir al que lo lea que no se alarme porque hace un huevo de tiempo que no haya escrito nada. Que sigo vivo, o lo que es lo mismo, que sigo escribiendo.Lo que pasa es que últimamente lo hago jodidamente lento...

miércoles, 10 de julio de 2013

Originalidad ante todo

Yo siento la necesidad de felicitar, congratular, alabar, al hombre que sudó sangre y lágrimas para no ceder ante el abandono escolar y seguir estudiando, que cuando sus amigos se fugaban él iba a clase responsablemente. Que no cayó en la droga, ni en malas compañías, ni en engañabobos disfrazados de puestos de trabajo que sacan a la gente de sus estudios. Que logró llegar a la PAU, pasarla, y tener suficiente nota como para entrar a estudiar el sueño de su vida, Licenciatura en Marketing y Publicidad.

Hay que admirar a ese tipo porque venció a la vagueza estudiantil y acudía a clase. Porque no dejó que el estrés de la época de exámenes pudiera con él, ni aún cuando tenía problemas personales dejaba que interfirieran con sus responsabilidades en la universidad. Que con paciencia y perseverancia llegó, vio y venció, consiguiéndo aprobar todas las asignaturas e incluso con nota.

Y una vez acabada su formación, no quedó ahí la cosa. Peleó. Se estrelló mucho y recibió muchos portazos, pero no se rindió en ningún momento. Con la cabeza firme y actitud decidida, siguió entregando currículums mientras aceptaba innumerables de estos trabajos que vienen y van durando muy poco y cobrando menos, si cabía. Hasta que un día, le dieron la oportunidad. Le llamaron al teléfono, contestó de buen grado, pues la actitud positiva siempre fue importante para él, y le sorprendieron con una vacante en el equipo de marketing de mercadona.

Por todo ello, digo que a este hombre hay que hacerle una estatua y tomarlo como ejemplo a seguir porque después de años de trabajo duro, llega el día de demostrar toda su preparación, genialidad y conocimientos, en su puesto de trabajo cuando le dicen:

- Necesitamos un nombre para los cereales que va a sacar hacendado rellenos de chocolate ¿qué se te ocurre?

Y me imagino que el tío habrá respondido algo como:

- ¿Ehm? ¡Ah! Pues... ¡Buf! no sé...¿Rellenos chocolate?

- ¿Rellenos de chocolate? ¿Así de simple?

- Sí ¿por qué no? Tú ponlo a ver si cuela, y si no pues ya cuando nos lo devuelvan se nos ocurrirá otro.

Con dos huevos como dos cocos. Cereales rellenos de chocolate que se llaman "Rellenos de chocolate". ¿Un nombre original? ¿Con gancho? ¿Que sea fácil de recordar y que guste? ¿Una mascota que sea un animal de la sabana o un dinosaurio quizá? Para que ayude a vender los cereales más fácilmente ¿no?

¡Pues no! Rellenos de chocolate y punto. Viva la originalidad.


Uuuhh con nueva receta. Seguro que no están rellenos de chocolate como siempre...

lunes, 1 de julio de 2013

Nos están robando

Los listillos de medio pelo como yo creemos que ya tenemos todo pensado, que le hemos dado vueltas a la sociedad y su comportamiento lo suficiente como para dar clases de sociología en la universidad. Pero el otro día estaba hablando con unos amigos tranquilamente, cuando de repente uno de los comentarios de mis amigos me revela una epifanía que me deja en shock  (muchas de mis entradas empiezan con algo impactante mientras estoy tranquilamente. Aunque no en todas empiezo insultándome, todo sea dicho). Viene uno de ellos y como si fuera una cosa normal y corriente pregunta "¿Por qué todas las mujeres de nuestra edad salen con hombres de treinta años?". Ellos siguen charlando como si tal cosa con su pulso inalterado, mientras que a mí se me prende la mecha de la neuronas y se me abren los ojos como platos. 

Anonadado me pongo a pensar y están en lo cierto. Empezamos a sacar ejemplos y observamos que entre los tres tenemos al menos diez conocidas que salen con hombres de exactamente treinta años, o próximos a la treintena. Mi estupor no vacila ni un segundo mientras me doy cuenta de como todas las piezas de un puzzle que he estado mirando durante años se juntan y por fin soy capaz de ver la imagen que forman.

Por supuesto, yo ya sabía que las mujeres tienden a salir con hombres mayores que ellas, pero ¿y este salto tan inconmensurable? ¿Así? ¿Tan de repente?  Hasta hacía poco siempre había pensado que esa diferencia de edad entre el hombre y la mujer de la pareja era de unos dos, tres, cuatro o cinco años aproximadamente, pero mi horizonte se acababa de expandir kilométricamente tras aquella revelación ipso facto. 

Una mujer pasa de las típicas relaciones de universitarios, de salir de fiesta, de hablar de exámenes, de pasártelo bien, de entender a tu conyuge, porque a falta de un par de años tiene aproximadamente tu misma edad, y dentro de lo que cabe "estáis en la onda", a aventurarse con un hombre que le saca diez años, que tiene un trabajo serio (amigo lector de aproximadamente mi edad, trabajar en el Macdonal, el rey hamburguesa o de socorrista los veranos, no es un trabajo serio. Asúmelo y no dejes tu vida anclada ahí), a empezar a pasar las fiestas con la familia, a hablar de... ¿a quién votaste las últimas elecciones? ¿De que su jefe es un cabrón? ¿De que el IRPF ha subido un 0,7%? ¿De la inflación? ¿Qué tipo de temas son estos, eh?

Pero realmente, la posible diferencia  madurativa en general, no es lo que a mí más me llama la atención y me ofusca. Cada uno hace lo que quiera con su vida, mientras no haga daño a nadie ¿verdad? Pues he ahí el porqué le estoy dedicando una entrada a este tema en el blog a las tres y media de la mañana y escupiendo veneno en cada tecla. Porque se está cometiendo una injusticia ¡una injusticia social! Porque, evidentemente, si todas las mujeres de mi edad están con hombres que me sacan casi dos lustros ¿qué nos queda a nosotros, compañeros? ¿Por qué no podemos tener relaciones con mujeres de nuestra quinta? ¿Por qué se van con los de la quinta del buitre?

¡Qué desconsideradas son! Llevamos con ellas desde nuestros inicios. Ya en la cámara post-parto, donde guardan a todos los bebes, estábamos con ellas, llorando juntos, compartiendo los hobbies de la edad. Luego fuimos a la guardería con ellas, nos tiraron del pelo, pegaron y demás tropelías y las aguantamos. En el colegio las teníamos en clase, pasábamos un poco de ellas por esa época, pero nunca las dejamos en la estacada. En el instituto quisimos compensarlo ¿Cómo es posible que no les hubiéramos prestado la atención que se merecen? Y ahí nos hicimos sus amigos, y en más de una ocasión más que eso. Compartimos primeros besos, primeros rollos y primeras experiencias sexuales. Seguimos con ellas hasta la universidad, puede que con la misma, o variando, pero siempre ahí, dando el cayo, currándonoslo ¿Y ahora llegan con toda su cara y nos sueltan "Ayer empecé a salir con Enrique, tiene treinta años. Ya te lo presentaré, pero llámalo Enrique, no Kike, que dice que ya es suficientemente adulto como para que le estén cambiando el nombre".

¡Pues no! Lo pienso llamar Kike y que se joda, por cabrón. Por robarnos a mano armada a una de las mujeres de nuestra generación. Porque llevamos toda la vida con ellas ¿qué derecho tienen ahora de arrebatarnos a lo que le hemos dedicado tanto tiempo y esfuerzo? ¿Por qué nos abandonan así? ¿Porque él tiene coche, trabajo, gana dinero, es simpático, estatus social y ofrece una gran estabilidad y confianza? ¿Qué razones de peso son esas? ¿Eh? Yo escribo un blog con temática de dibujos animados, soy un hombre divertido ¿ya se les pasó la época en la que querían que las hiciéramos reír? ¿Qué hago yo con todos mis chistes ahora? ¿Irme al club de la comedia?

No, me niego a aceptar esta situación. Me parece una estafa ruin, malintencionada y pendenciera. Me temo que he de añadir otra injusticia más de la que quejarme en un futuro. Un futuro no muy lejano, porque sospecho que cuando tenga treinta tacos y se me presente una joven impresionada por una fachada que desprenda adultez a sus ojos, ya se me irán los principios por la bragueta del pantalón.

miércoles, 26 de junio de 2013

Crítica a los nombres

Todos conocemos a la típica persona que al parecer, su madre tuvo un parto muy doloroso, y queriendo vengarse de ese niño/a que le ha salido de las entrañas, le ponen nombres como Rigoberto, Anastasio, Ambrosio o Tamarinda. Gente con nombres dolorosos de oír básicamente. Luego hay otros tipos de nombres que son indeseados no por fealdad, sino porque hacen juegos de palabras como Tolomeo, aunque en este caso todavía pueden disimularlo con un diminutivo, Tolo, al igual que otros tipos de nombres feos como Anacleta con Ana, Agustín con Tino (lo siento, Tino), Epifanio con Epi o Penélope con... bueno con éste no funciona la norma.

La cuestión es que la cosa va de nombres en este caso, de nombres feos (porque hacer una entrada quejándome de nombres como Antonio o Jose... pues no sé si haría mucha gracia). Yo sólo tengo una pregunta para los padres de Agapito. ¿Por qué? ¿Qué te ha hecho ese pobre niño que aún no ha pisado el mundo, que no tiene culpa de ningún mal? ¿Es que presienten que será carne de "Hermano Mayor" o algo? Con la de nombres súper comunes y sin ningún tipo de posible burla que hay por ahí como Luis, David, Alejandro, Julio, Ana, Rosa... van esos padres y se esfuerzan en buscar un nombre feo para ponerle a sus hijos. Si realmente una madre siente amor por su hijo, y su marido le quiere bautizar con el nombre de Fulgencio, aborta para evitarle el castigo que tendrá en la vida con ese nombre.

Uno intenta averiguar a veces por qué le han puesto tus suegros Grimanesa a la mujer a la amas (ella cree que lo disimula bien presentándose como Grima "Hola, soy Grima". Tu nombre sí que me da grima, Grima), y muchas veces sueles encontrarte con que no ha sido lapsus mental que le diera al padre a la hora de escribir a su hija en el registro, sino que indagas en su árbol genealógico, y resulta que roda su rama familiar está maldita. Desde tu pareja hasta veintenas de años atrás, las mujeres de la familia de tu mujer se llevan llamando Grimanesa desde que a algún granjero paleto del siglo XIX se le ocurrió empezar la broma.

A los que se personifican con este caso, tengo otra pregunta para ellos (estoy escribiendo muy preguntón hoy) ¿No se dan cuenta de que hay tradiciones que hay que parar antes de que se vayan de las manos? ¿Sigue la gente sacrificando corderos para que los vientos sean favorables en la mar? Claro que no. Eso es de loco perdido de la razón. Pues lo mismo con los nombres. Paremos esta barbarie y creemos una asociación en plan Nombres Sin Fronteras para detener a los padres de Margarito, Patricio y Anacleta. YA.

miércoles, 29 de mayo de 2013

Crítica a los colores



Tengo una pregunta y es una pregunta muy seria la cual me he planteado en numerosas ocasiones ¿Cuántos colores hay? No tomen la pregunta a la ligera, me explico. Colores existen tantos como el ojo humano sea capaz de sentir (al menos a efectos prácticos para nosotros), pero a lo que me refiero realmente es a que ¿cuántos colores es capaz de categorizar el ser humano? Y es que especifico en el ser humano porque dependiendo de cada uno, de los conos que tengamos cada individuo en la retina, seremos capaces de percibir unos colores u otros, y yo creo fervientemente que el hombre posee 100 conos en los ojos (número puesto totalmente al azar con el objetivo simplemente de fijar un número con el que poder hacer una comparación, ya que  no tengo datos exactos y para escribir una chorrada en el blog, no voy a ponerme a estudiar biología), lo que le proporciona una capacidad de captar los colores muy amplia. Pero existe un especie competente, que nos gana a la hora de percibir diferencia coloril. ¿Qué animal es ese? Pues no es otro que nuestras amigas y compañeras, las mujeres, que yo imagino que poseen 548902765432075843290754392054 conos con sus correspondientes bastones a la par, ya que imaginan (digo imaginan porque soy hombre y no me creo que existan) colores inexistentes, o imperceptibles al ser humano normal, corriente y moliente.

Por ejemplo, ¿qué demonios es el color clara de huevo? ¿O lapislázuli? ¿O color café moca? ¿O blanco perla? Yo siempre he dicho que existen treinta y dos colores marcados por carioca, y no más, que eran los que venían en los paquetes de rotuladores. A mí que no me vengan con colores inventados por capitalistas de la moda. 

Me hace gracia sobretodo los nombres de los colores. Verde musgo, salmón o ceniza. Evidentemente son colores que han surgido respecto a la “necesidad” de distinción entre los colores ya existentes y los tonos que se dan en la naturaleza, pero yo siempre suelo preguntar ¿el color ver musgo de dónde viene? Evidentemente no hacer falta ser Sherlock Holmes para saber que viene del propio musgo, pero antes de que se acuñara oficialmente el término verde musgo para definir el color ¿de qué color era el musgo? ¿Verde?  ¿Puede ser? Entonces el verde musgo… ¿No es realmente verde y ya está?

Postulo que realmente lo importante de los colores no es la tonalidad, sino la capacidad de invertarse un nombre creible. Y si no me creéis, os pondré un ejemplo que me mostraron el otro día, las diferentes tonalidades del verde:

Verde manzana
Verde pastel
Hojas de otoño
Verde oruga
Lima fresca (parece ser que la lima madura o pasada tiene una categorización diferente)
Tallo de apio
Adomo (¿Qué demonios es un adomo?)
Bosque encantado (¿Verde encantado? ¿A qué objeto físico corresponde esto? ¿Lo siguiente será verde ala de hada del bosque?)
Verde campo irlandés (Sólo perceptible por el ojo entrenado de las mujeres irlandesas)
Verde neón
Vértigo
Tallo de rosa
Pinos del pacífico (No hay pinos en el océano. Si se refiere a las costas del pacífico ¿Qué costas? No tendrán las mismas tonalidades la costa americana que la asiática).
Hojas de palmera
Verde primavera (Sabemos que se da durante la primavera. Ahora ¿dónde se da? Aaahm misterios de la vida).
Hojas de mate
Toque de kiwi
Verde griego (Yo cuando dibujo griegos los pinto color carne como a todo el mundo. Como nunca he estado en Grecia pues tampoco voy a negar que los griegos sean verdes como los simpsons amarillos).
Winsurf (Otro sin sentido...).
Gotas de mar (De toda la vida ha sido azul).
Cesped limón
Toque de limón
Vida de campo (Próximamente: color empresario de Nueva York y color productor de Hollywood).
Manto blanco
Lima suave
Deshielo primaveral (...)
Blanco yuca (¿Esto no era una especie de tubérculo marrón? ¿Y ese blanco delante? ¿Qué tendrá que ver con el verde?).

No sé el resto de la gente, pero yo sería capaz de continuar mi vida sin ningún problema clasificando los infinitos todos de verde que parecen existir en verde fuerte y verde flojo, fin.

viernes, 24 de mayo de 2013

El rayador de queso

La precariedad llama a mi puerta, la pobredumbre se instala en mi cuarto. La suciedad me mira a la cara y se rie de mí victoriosa, impregnada por el suelo lleno de esas manchas extrañas que uno nunca sabe cómo han llegado ahí ¿Cuál será el líquido fétido que se habrá derramado para dejar tal marca de indecencia en tu suelo?

Escribo esto un poco exagerando. El suelo del cuarto está sucio, pero tampoco es un vertedero todo esto. Lo que quiero comentaros es el motivo, la inspiración que me ha motivado a escribir esto en el blog. Se trata de un rayador de queso. Efectivamente, amigos míos, las musas llegan de la manera menos esperada y para gente algo mal de la cabeza como yo, pues se presentan en forma de rayador de queso. ¿Y por qué un rayador de queso me hace hablar sobre suciedad? No es el rayador de queso en sí, es por la situación que lo envuelve. Es que se trata de un utensilio solitario y desamparado, ya que los demás enseres de la cocina están, como comúnmente se dice, llenos de mierda.

No los hemos lavado, mamá. Sí, lo sé. Debería ponerme y fregarlo todo, pero la vida del estudiante es difícil y da muchas vueltas, y resulta que uno de esos giros del destino nos ha querido dejar sin lavavajillas (me refiero al jabón, no al electrodoméstico) y lo hemos ido a comprar todavía. El supermercado no está muy lejos, no te voy a engañar, pero aquí viven estudiantes de erasmus y estamos en nuestra época de vagos. Tú no te preocupes que estoy bien y no me va a pasar nada. Te mando un beso y déjame seguir escribiendo, venga.

Pues eso, cara queso, que tengo hambre y me tengo que enfrentar una vez más a la epopeya de alimentarme para mantenerme vivo sin poder usar los elementos típicos de una cocina normal, excepto un rayador de queso, que está limpio y sí lo puedo usar. Eso me abre un menú de:

1º Queso
2º Queso con queso
3º Queso rayado en loncha gruesa con un lecho de queso en polvo.
4º Revuelto de queso rayado fino y grueso con tropezones de tacos de queso.
5º Lonchas de queso bañadas en salsa de queso.

 Y he ahí mi enorme dilema. Me acaba de hacer mucha gracia todo esto, porque acabo de ir a la nevera y no tengo queso... Estoy jodido.

jueves, 21 de marzo de 2013

Cosas que me parecen innecesarias Vol 1

He querido empezar una "sección", por así decirlo, sobre cosas que a mi opinión me parecen innecesarias. Viendo lo crítico que soy con las cosas cotidianas del día a día, creo que el número de entradas aumentará considerablemente (que no es muy difícil) gracias a esta iniciativa.

En esta entrega, trataremos el muy preocupante caso de llamar al papel higiénico papel del culo. O sea... ¿Por qué? ¿Por qué no se le dice papel higiénico que suena mucho más limipio y estético? Porque a mí, llevarme el "papel del culo" a la cara para sonarme los mocos, pues no me parece una idea tractiva, la verdad. Y es que cuando digo papel del culo, no pensamos en esos maravillosos culos que uno ve caminando por la calle o en una discoteca, no señor. Pensamos en un culo de baño, ese tipo de culo al que está asociado el mal olor, y siendo honorables a la realidad, el papel higiénico, o no huele a nada, o huele muy bien (antes del uso al que está destinado por supuesto), que hay algunas compañías que se esfuerzan en aromatizar su papel para que nosotros vengamos de repente y lo asociemos con una frase tan pestífera. Ahí estaríamos desprestigiando el trabajo y sudor de los señores encomendados para esa tarea. Sería una cuestión de moral ya...

Yo comprendo que si lo dice tu familia y tus amigos, pues se te acabe pegando, pero ¿quién fue el primer cateto que se le ocurrió designarlo así? Al menos a mí, me parece de una simpleza insultante el nombre. 

- ¿Para qué es el papel?
- Pal culo
- ¡Pues papel del culo!

¡Y ya está! Cero por ciento de esfuerzo mental a la hora de achacarle un nombre.

Por otra parte, este injusto nombre, hace agua por otras partes, ya que el papel higiénico no tiene como único fin el limpiar nuestro trasero. Viendo el anterior proceso de raciocinio, cuando se cae algo al suelo y lo quieres limpiar con papel higiénico debería decirse "Pásame el papel de la mostaza", por ejemplo, porque digo mostaza por decir algo, que si nos ponemos estrictos hay infinitos usos posibles y a su vez, infinitas opciones que nos llevarían a un quebradero de cabeza a la hora de hacerle alusión.

Lo peor de todo es que suena muy desagradable. No sé. Yo tengo muchas manías con el lenguaje y ésta me raya bastante. Papel del culo... Impresionante que tan mera cuestión me haya hecho pensar tanto ¿eh? Si sigo siendo tan tiquismiquis la sección parece que promete.

miércoles, 20 de febrero de 2013

Crítica disposición sexual

Yo hay cosas que no entiendo y me temo que nunca entenderé. Por suerte o por desgracia, la mayoría de esas cosas están relacionadas con el mundo femenino. El usar tacones más difíciles de manejar que muchas grúas o el suplicio que es maquillarse, aunque a ésto por lo menos le puedo buscar alguna excusa. Lo que creo que jamás nunca comprenderé es cuando las mujeres "no se sienten sexuales".

Yo no sé si es una secuela del típico "me duele la cabeza" que se está jubilando porque ya está muy repetitivo, pero yo se lo he oído a más de una. ¿Qué demonios significa eso exactamente? ¿No se sienten seres sexuales así de repente? ¿Han mutado en organismos asexuales con capacidad de reproducción autosuficiente y ya no necesitan la mitad de nuestra información genética? Yo, como hombre que se siente sexual veinticuatro horas al día, soy incapaz de comprender cuál es la sensación para no sentirse sexual, cuál es el proceso químico que sucede en el cuerpo de una mujer para que inhiba las hormonas que generan el impulso sexual, vamos, por qué no se excitan, así por las buenas, como nosotros.

Pero más que entender de qué va eso de no sentirse sexual, me interesa más por qué no se sienten sexuales. ¿Qué les ha inducido ese estado? Y lo que me parece mucho más importante a mi, y deduzco que al resto de hombres del mundo también ¿cómo podemos evitarlo? Porque no quiero que tras un tiempo indefinido de flirteo, que ya puede ser desde una noche a varias semanas, llegue el momento de ir a la cama con una mujer y que no se sienta sexual así por las buenas. Imaginaos que uno se va de putas y las chicas no se sienten sexuales, que les apetece hablar, daros un abrazo o lo que sea que quieren en ese estado incomprensible para un servidor.

Pues eso ¿qué es lo que ha cambiado? ¿Se puede sacar algún patrón que nos indique que llega la época de vacas flacas? ¿Cuál será la siguiente casilla que marque la ruleta de las hormonas femeninas? Si existe algún ser omnisapiente en algún lugar del universo, le reto a que responda estas preguntas.  Sin duda yo estoy lejos de alcanzar las respuestas... y así me va... así me va...

domingo, 10 de febrero de 2013

No.

Aunque me considero un hombre comprensible, con paciencia y de difícil enfado, como ya sabrá el lector habitual, hay más de una cosa que a mi me saca de mis casillas irremediablemente. Para que me quede más larga la entrada y parezca más profesional, pondré un ejemplo de esos de la vida real que tanto me gustan para que me entendáis.

 Yo: ¡Ey, tío! ¿Te acuerdas que el otro día te ayudé durante toda una tarde a cargar a mano todos los muebles tu casa kilómetros y kilómetros para tu mudanza, porque no querías pagar a unos profesionales que te lo hubieran hecho en cinco minutos? ¿Y aquella vez que salvé a tu perro de morir atropellado perdiendo la movilidad en las piernas de por vida en el proceso? Pues resulta que tengo una operación a corazón abierto mañana, mi madre está en Noruega, mi tía con la ciática y el resto de mi familia, amigos y conocidos con suficiente confianza como para pedirles algo, están en algún tipo de ridícula situación que les impide hacerme el favor que te voy a solicitar ahora. Sabes que no me gusta abusar de nuestra amistad, pero si no fuera mucho pedir ¿podrías ir a recogerme al hospital mañana tras la operación? El hospital está justo al lado de tu casa. Sólo tendrías que bajar y llevarme dos calles más arriba. Por supuesto, yo te pago la gasolina y ya te delvolveré el favor otro día. ¿Qué me dices?

El otro tío: No.

Y fin.

Vale, ahora que lo leo veo que no se entiende bien. Amigos desagradecidos tenemos todos. No me refiero a eso (aunque me apuntaré el tema para escribir una entrada en el futuro, que últimamente escribio menos que un kinki en un examen). Me refiero a la gente que con simpleza y despreocupación, te sueltan un seco "No", sin respaldar su decisión, sin decir un porqué, y se quedan tan panchos, como si con su "No" rotundo te hubieran dejado convencido y la discusión se hubiera acabado ahí.

Y claro, a mi cuando me pasa ésto pienso "¡Pero mira tú éste! ¿Por qué coño no me hace el favor que le he pedido? ¿No ve que me hace falta? ¿Que si no, no se lo pediría?". No comprendo los motivos que le impulsan a negarme, y como a estas alturas ya suelo estar mosqueado y con la curiosidad, más que picada, reventada, me obliga a escribirle un educado "¿Y eso por qué?", cuando realmente quiero decir "¿Y se puede saber en qué carajo vas a tirar tu tiempo esta vez en lugar de hacerme el puñetero favor?". ¡Ojo aquí! Que es posible que el amigo esté realmente ocupado, y no es que no quiera ayudarte, sino que le sea imposible. Yo eso lo comprendo, respeto y no me enfado por ello. Pero la cuestión es que ante un problema ajeno, tú no puedes responder con un jodido monosílabo. Pon algo como "¡Qué va! Lo siento pero es que estoy ocupado, o me duele una muela." Vamos, que puede que sean excusas, pero no quedas como un  jodido apático insensible.

Ya mi odio y desprecio infinito, viene cuando después de indagar tras el "No", preguntándoles por qué, me sueltan un tan desquiciante como estúpido y redundante "Por que no". ¿No ves que intento averiguar el motivo de tu negativa? No me puedes responder con una negativa igual de hermética, pedazo de cateto. Llegados a este punto, a veces me gusta sacar a relucir la estupidez a la que ha dirigido la conversación provocando un bucle infinito. Algo como:

- Yo: ¿Vienes mañana a la playa?
- Cateto redundante: No (Enfado creciente se origina).
- Yo: ¿Por qué?
- Cateto redundante: Porque no (Ganas de matar aparecen).
- Yo: ¿Y por qué no?
-  Cateto redundante: Porque no, y punto (Los que dicen "y punto" se merecen ácido en la cara, y no las mujeres musulmanas).
- Yo: ¿Y por qué no y punto?
- Cateto dredundante: Por que paso. (Todavía no ha entendido a dónde quiero llegar parece ser...).
- Yo: ¿Sabes que ahora mismo tengo un cuchillo en la mano? ¿Sabes qué pienso hacer con él? Ir a tu casa y empezar a asesinar lenta y macabramente a todos los miembros de tu familia hasta que me supliquen clemencia y acabe con sus vidas de una vez por todas.
- Cateto redundante: ¿Estás loco? ¿Por qué coño harías tú eso?
- Yo: ¡Ahhhm! Pues por que sí.

sábado, 19 de enero de 2013

Crítica a personas que tienen impedida o entorpecida alguna de las actividades cotidianas consideradas normales, por alteración de sus funciones intelectuales o físicas, pero que están en disposición de una integración a la sociedad correcta siendo capaces de realizar trabajos de todo índole y circunstancias con las modificaciones necesarias en su entorno.



 (Suelo publicar un tweet cuando he publicado una entrada, pero me da que con semejante título no me cabrá el mensaje)

Parece que a la gente le gusta corregir. Hoy en día hay que andarse con pies de plomo cuando hablas por ahí con cualquiera. Ni a un amigo de toda la vida le puedes soltar un comentario en plan “Mira que cada vez salen más moros en las noticias”, sin que te suelte el típico sermón de que no todos los africanos son moros, ni los árabes, ni los negros, ni los musulmanes, ni la madre que los parió. Y así, sin quererlo ni beberlo recibes un adoctrinamiento de unos diez minutos (diez minutos que se transforman en media hora si le discutes) en diferenciación de sociedades africanas por no usar la terminología correcta, que a lo mejor tú ya sabías, pero que pasabas olímpicamente de aplicar a tu lenguaje coloquial porque estabas en confianza y con la guardia baja.
Más de un problema y una tarde de discusión acalorada con una amiga que estudiaba trabajo social, me he ganado yo por decir cómicamente “maricón”, “furcia” o “gitano” en un ámbito incorrecto (que parece que uno no puede hacer chistes ya). Pero nada de eso se compara, a la polémica que genera la bomba atómica de este tipo de palabrejas. La palabra minusválido.
Yo, a esas personas que tienen algún tipo de movilidad reducida o limitación, ya sea física o mental, no le tengo más amor ni más odio que el que le tengo al resto de gentuza que habita en este planeta. No los discrimino en absoluto, ni para bien ni para mal. Por eso cuando estoy hablando tranquilamente, y pronuncio por algún lado la palabra minusválido, no os penséis, amantes de corregir al prójimo para quedar por encima, que lo hago por ofender o por ignorancia. No, señor. Lo hago, por un lado, porque es una palabra que el uso continuado la ha adherido fuertemente a mi diccionario personal, y por otro, porque me da la gana.
Y yo ya sé que minusválido se compone de la preposición latina minus que no hace falta ser un genio para saber que significa menos, y que viene a referirse algo como “menos válido”, me lo habrán dicho ochenta veces. Y junto a eso, la retahíla de argumentos que vienen detrás de que ellos no son menos que nadie, que pueden ejercer cualquier labor perfectamente, que no se les puede faltar el respeto de esta manera a las personas, que son PERSONAS (muchos lo ponen así, en mayúsculas, para hacerte el favor de que si andas despistado no te saltes la palabrita) con sentimientos y derechos. Vamos, que la mitad de España no sabe lo que significa “Alea iacta est”, pero ten cuidado con usar la palabra minusválido, porque a la hora de increpar todos sabemos latín, y cualquiera se siente herido.
Luego, como si te estuvieran ayudando a tener una vida más plena y satisfactoria, te dicen que el término correcto es personas con discapacidad. Pero quedaos con la copla, que os cito Wikipedia “términos como "discapacitados", "ciegos", "sordos", etcétera, aun siendo correctamente empleados, pueden ser considerados despectivos o peyorativos, ya que para algunas personas dichos términos "etiquetan" a quien padece la discapacidad, lo cual interpretan como una forma de discriminación”. Echa el freno, madaleno, que no he entendido eso. O sea que si quieres ahorrarte segundos de tu vida, como has hecho siempre con facul, biblio, resi, cole, disco y demás abreviaturas, diciendo discapacitado, irás derechito al infierno, pero si dices persona con discapacidad, quedas exculpado al canto.
Menuda gilipollez, cuando vas a cualquier diccionario como la RAE mismamente, y buscando discapacidad te sale “Cualidad de discapacitado”, y una vez en discapacitado encuentras ya la definición completa. Y es que no se trata de una cuestión de semántica, sino del afán que tienen los españoles de creerse Che Guevara y montar una revolución por una tontería.
Y es que cada vez más, hasta una charla vacua es como ir pisando un campo de minas. Menos mal que mi blog no lo lee nadie y puedo apelar a mi libertad de expresión y quedar como un capullo llamando a quien me de la gana moro, negro, maricón o discapacitado. Joder.

viernes, 4 de enero de 2013

Crítica Intuición femenina

¿Qué opinais sobre la intuición femenina? Ese ente mágico y misterioso, que es como la democracia en nuestro país, nadie sabe exactamente como funciona aunque más o menos sabes lo que hace, y a efectos prácticos, pues nadie cree que exista realmente. Pero bueno, como siempre, esto es sólo un párrafo introductorio al verdadero tema que no tiene nada que ver con la intuición femenina. Lo puse porque era un título con gancho para llegar a la cuestión que voy a tratar, que sí que tiene que ver con intuir y con féminas. La intuición de la que escribiré es realmente la del hombre y el pensamiento que tienen las mujeres sobre su capacidad adivinatoria.

Yo creo que las mujeres realmente poseen esa intuición adivinatoria que les permite saber exactamente lo que están pensando los hombres. Claro, que tampoco es muy difícil saber lo que piensa un hombre. Yo también tengo ese superpoder. Si alguna vez os lo preguntan decid "follar" y en el noventa y nueve por ciento de los casos acertaréis (sobre el otro uno por ciento la respuesta es "nada" ¡o sea que dejad de insistir cuando os lo digamos!). Pero es que en la situación inversa... ¿qué queréis que os diga amigas sobrantes de alelo? Es muy complicado saber qué queréis, y si no nos lo decís alto y claro, pues todavía peor.

Es fácil para ellas, que tienen la evidente tarea de adivinar qué se nos pasa por la cabeza, pensar que nosotros podemos hacer lo mismo a la inversa. Así surgen situaciones típicas como:

Hombre - Te noto rara ¿te pasa algo?

Mujer - ¿A mi? ¿Qué va! - El sujeto se cruza de brazos y desvía la mirada hacia otro lado.

Hombre - A ver ¿Qué te pasa?

Mujer - ¡Tú sabrás!

Hombre - ¿Cómo que yo sabré? ¿Cómo quieres que lo sepa si no me lo dices?

Mujer - ¿Seguro que no lo sabes? Piensa a ver...

Hombre - ¿Pensar en qué?

Mujer: ¡Hazte el sueco ahora! Me tienes cansada ya. ¡Déjame en paz! - Hace mutis hasta abandonar la sala dejando a su compañero con esta cara:




Y que conste que no discuto la raíz del enfado de nuestra amiga. Quizá ese ficticio compañero se olvidara de su aniversario, cumpleaños, santo o mentruación, pero la cuestión es que él no tiene ni idea de por qué están discutiendo en ese mismo momento. Los hombres no sabemos qué pasa por lo que para nosotros es el torbellino de pensamientos y emociones que respresenta el pensamiento femenino. Repetiré la ya muy usada frase de "Los hombres somos simples" cuando no queremos follar, queremos jugar a la consola o estar echados en el sofá viendo la tele tranquilitos. Somos de un estilo de vida que contra menos angustias nos proporcione, pues mejor.

Y es que es fácil para nosotros, que somos de actitud simple y predecible, pensar que ellas actuán siguiendo nuestros mismos intereses. Así surgen situaciones típicas como:

Mujer - Cariño ¡hoy tenemos noche especial!

Hombre - ¡Me encantan las "noches especiales"! - pronuncia con tono juguetón

Mujer - Sabía que al final te gustaría.

Hombre - ¡Muchísimo! Incluso podríamos adelantarla un poco ¿no te parece?

Mujer - Pues buena idea. Llamaré a mis padres para decirles que en vez de solamente cenar, pasen aquí todo el día. ¡Eres un cielo!

Hombre - Pero... si... yo quería... - El sujeto altera de súbito su rostro a algo parecido a:


 

Los dos ejemplos que os brindo desvelan cual es el problema. Nos lo dice el refranero español "Cree el ladrón que todos son de su condición", así nosotros pensamos que ellas son víctimas de nuestro vaguerío, y ellas piensan que nosotros podemos intuir en todo momento lo que se les pasa por la cabeza, y eso no es verdad. Que quede claro de una vez por todas, no tenemos ni idea sobre mujeres, y yo creo que ni las propias mujeres tienen idea sobre mujeres.