martes, 14 de junio de 2011

Las consecuencias del tuenti


Resulta que estás aburrido y decides matar el tiempo con el entretenimiento favorito de los jóvenes de hoy en día, el ordenador. Muy tranquilo lo enciendes y mientras vas pensando “¿Qué hago? ¿Me pongo a mirar artículos interesantes en wikipedia? ¿Le echo un ojo a algún documental? ¿O mejor abro el tuenti? Si, mejor el tuenti.” Ignorante de lo que te vas a encontrar dentro, te logeas, accedes a tu perfil y para tu sorpresa ves una solicitud de amistad, ¿Será esa chica que tanto te gusta de clase? ¿Algún antiguo amigo del colegio? ¿o la típica cuenta falsa en plan “Philip J. Fry informando desde el año 3000”? Todas estas posibilidades suenan conmovedoras cuando pinchas y descubres la inminente verdad, te ha agregado al tuenti tu madre.
Primero lees nombre y apellidos por segunda vez para asegurarte que no te has equivocado. Una vez estás seguro que la cuenta sí que coincide con el nombre de tu madre, lees el mensaje que te envía con la solicitud de amistad que dice “¡Hola hijo! Me he hecho un tuenti :)” Ante este mensaje, tan escalofriante como evidente, barajas la opción de ignorar su petición. “Es la mujer que me ha dado la vida” piensas, “Voy a aceptarla que no creo que pase nada”, querido amigo, una vez más en tu vida acabas de cagarla.
El lector pensará ¿Qué tipo de problema puede haber con que te agregue tu madre al tuenti? ¿eh? Aparentemente ninguno ¿verdad? Ahora piensa en todas las fotos que tienes subidas en tu perfil ¿Son todas aptas para la visión de tu madre? He ahí la cuestión. Automáticamente comienzas la misión “Purificar tuenti”. Borras esas fotos que subiste en las que sales fumado, te desetiquetas de las que se te ve en fiestas más borracho que Nacho, y sobretodo te encargas de esas fotos en las que sales vomitando el coche de tu madre, ya que le juraste y perjuraste que había sido un amigo tuyo.
Después de borrar el noventa por ciento de tus fotos y de asegurarte de que tu perfil ha completado satisfactoriamente el proyecto hombre, te relajas pensando que el peligro ha pasado. Relax que dura hasta que entra tu madre a tu cuarto. Y en ese momento te formula la pregunta que todo joven ha temido, con la que muchos tienen pesadillas por las noches y muchos otros infelices han padecido ¡Y aún recuerdan con temor! Esa pregunta que nos atormenta es “Hijo ¿Te importa dedicarme 5 minutitos para enseñarme como funciona eso del tuenti?”
Lo que tu madre ha determinado cómo “5 minutitos” podrían transformarse tranquilamente en “5 horitas”, y todos sabemos que ha preguntado por pura cortesía, puesto que detrás de cada pregunta de una madre, hay un gran chantaje emocional preparado. No tienes opciones. Cualquier cosa que digas para intentar escabullirte sólo empeorará la situación, y como se te ocurra soltarle algún comentario haciéndote el gracioso en plan “Mamá se llama tuenti, no forty”, una vez ahí querido lector, encomiéndate a tus dioses para intentar evitar la que se te viene encima, te lo digo por experiencia propia.
Hazme caso, explicale a tu madre cómo subir fotos, poner comentarios y déjala sola con el ordenador para que la curiosidad humana haga el resto. No podrás evitar que te de el coñazo habitualmente con alguna que otra duda que le surja, pero eso te va a pasar por muchas horas de clases particulares que le ofrezcas. Quizá no sepa mucho de relaciones sentimentales con mujeres, pero de como tratar a las madres ¡Tengo para escribir la biblia! Tendrías que ver a la mía, algún día os escribiré sobre ella...

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