(Suelo publicar un tweet cuando he publicado una entrada, pero me da que con semejante título no me cabrá el mensaje)
Parece que a la gente le gusta corregir. Hoy en día hay que andarse con pies de plomo cuando hablas por ahí con cualquiera. Ni a un amigo de toda la vida le puedes soltar un comentario en plan “Mira que cada vez salen más moros en las noticias”, sin que te suelte el típico sermón de que no todos los africanos son moros, ni los árabes, ni los negros, ni los musulmanes, ni la madre que los parió. Y así, sin quererlo ni beberlo recibes un adoctrinamiento de unos diez minutos (diez minutos que se transforman en media hora si le discutes) en diferenciación de sociedades africanas por no usar la terminología correcta, que a lo mejor tú ya sabías, pero que pasabas olímpicamente de aplicar a tu lenguaje coloquial porque estabas en confianza y con la guardia baja.
Parece que a la gente le gusta corregir. Hoy en día hay que andarse con pies de plomo cuando hablas por ahí con cualquiera. Ni a un amigo de toda la vida le puedes soltar un comentario en plan “Mira que cada vez salen más moros en las noticias”, sin que te suelte el típico sermón de que no todos los africanos son moros, ni los árabes, ni los negros, ni los musulmanes, ni la madre que los parió. Y así, sin quererlo ni beberlo recibes un adoctrinamiento de unos diez minutos (diez minutos que se transforman en media hora si le discutes) en diferenciación de sociedades africanas por no usar la terminología correcta, que a lo mejor tú ya sabías, pero que pasabas olímpicamente de aplicar a tu lenguaje coloquial porque estabas en confianza y con la guardia baja.
Más de un problema y una tarde de discusión acalorada
con una amiga que estudiaba trabajo social, me he ganado yo por decir cómicamente “maricón”,
“furcia” o “gitano” en un ámbito incorrecto (que parece que uno no puede hacer chistes ya). Pero nada de eso se compara, a la
polémica que genera la bomba atómica de este tipo de palabrejas. La palabra
minusválido.
Yo, a esas personas que tienen algún tipo de
movilidad reducida o limitación, ya sea física o mental, no le tengo más amor
ni más odio que el que le tengo al resto de gentuza que habita en este planeta.
No los discrimino en absoluto, ni para bien ni para mal. Por eso cuando estoy
hablando tranquilamente, y pronuncio por algún lado la palabra minusválido, no
os penséis, amantes de corregir al prójimo para quedar por encima, que lo hago
por ofender o por ignorancia. No, señor. Lo hago, por un lado, porque es una
palabra que el uso continuado la ha adherido fuertemente a mi diccionario
personal, y por otro, porque me da la gana.
Y yo ya sé que minusválido se compone de la
preposición latina minus que no hace falta ser un genio para saber que
significa menos, y que viene a referirse algo como “menos válido”, me lo habrán
dicho ochenta veces. Y junto a eso, la retahíla de argumentos que vienen detrás
de que ellos no son menos que nadie, que pueden ejercer cualquier labor
perfectamente, que no se les puede faltar el respeto de esta manera a las
personas, que son PERSONAS (muchos lo ponen así, en mayúsculas, para hacerte el
favor de que si andas despistado no te saltes la palabrita) con sentimientos y
derechos. Vamos, que la mitad de España no sabe lo que significa “Alea iacta
est”, pero ten cuidado con usar la palabra minusválido, porque a la hora de
increpar todos sabemos latín, y cualquiera se siente herido.
Luego, como si te estuvieran ayudando a tener
una vida más plena y satisfactoria, te dicen que el término correcto es personas
con discapacidad. Pero quedaos con la copla, que os cito Wikipedia “términos
como "discapacitados", "ciegos", "sordos",
etcétera, aun siendo correctamente empleados, pueden ser considerados
despectivos o peyorativos, ya que para algunas personas dichos términos
"etiquetan" a quien padece la discapacidad, lo cual interpretan como
una forma de discriminación”. Echa el freno, madaleno, que no he entendido eso.
O sea que si quieres ahorrarte segundos de tu vida, como has hecho siempre con facul,
biblio, resi, cole, disco y demás abreviaturas, diciendo discapacitado, irás
derechito al infierno, pero si dices persona con discapacidad, quedas exculpado
al canto.
Menuda gilipollez, cuando vas a cualquier
diccionario como la RAE mismamente, y buscando discapacidad te sale “Cualidad de discapacitado”, y una vez en discapacitado encuentras ya la
definición completa. Y es que no se trata de una cuestión de semántica, sino
del afán que tienen los españoles de creerse Che Guevara y montar una
revolución por una tontería.
Y es que cada vez
más, hasta una charla vacua es como ir pisando un campo de minas. Menos mal que
mi blog no lo lee nadie y puedo apelar a mi libertad de expresión y quedar como
un capullo llamando a quien me de la gana moro, negro, maricón o discapacitado.
Joder.
No te enteras, ya tampoco se dice "Personas con discpacidad" ahora es "Personas de movilidad reducida"...!
ResponderEliminary cuándo tienen un problema psíquico?
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