martes, 22 de mayo de 2012

La cosa está floja

 Lo primero que quiero que quede claro es que nadie sufre de disfunción eréctil ni nada por el estilo. Con "la cosa está floja" me refiero al ritmo de publicación de entradas del blog. Lo sé, lo sé, queréis más entradas, queréis más diversión desenfrenada, me atacáis por la calle gritándome que publique mientras mis guardaespaldas os noquean. No creáis que no conozco la realidad.

Y comprendo vuestro enfado irrefrenable, lo veo normal. Viendo que después de publicar la negligente media de dos entradas por mes durante medio año, voy y con toda mi cara publico dos entradas el mismo día. "¿Qué maldito patrón sigue este tío para publicar entradas?" se pregunta el lector habitual en una de las muchas y profundas reflexiones que consigo que mi lector imaginario se plantee a sí mismo.

Pues podría excusarme en que tengo trabajo, cosas que estudiar, un horario ocupado, mi novia me exige mucho tiempo(¡Já!)... os podría dar un sinfín de explicaciones que no sé si os dejarían satisfechos, pero la realidad es que estoy desmotivado, aburridillo, falto de inspiración, como queráis llamarlo. Si tuviera que resumir todas estos pretextos en uno solo, diría que el ritmo de publicación de entradas depende totalmente de mi estado de ánimo, que últimamente de animado ha estado poco.

Escribo sobre lo que me apetece. Seamos sinceros, el objetivo original del blog se ha perdido totalmente. "Crítico de gilipolleces" lo llamé en su momento, y esa era precisamente su meta, criticar los elementos intrascendentes que nos rodean en nuestro día a día, como las infinitas paradojas de las redes sociales, las conversaciones locas entre pareja y mil subnormalidades más. Pero ahora escribo de lo que me da la gana. No tengo un público muy acérrimo (a falta de amigos, casi no tengo público), la única solicitud que tengo de mis fans es: suscitarles risas con mis escritos.

En mi subconsciente:


Yo: Al menos eso de hacer reir se me suele dar bien normalmente.


Álter ego crítico: Pues no se nota viendo el bucle de depresión y sentimentalismo que estás escribiendo ahora mismo.


Yo: ¿Qué haces ahora aquí? ¿Quién ha pedido tu opinión?


Álter ego crítico: Soy una segunda personalidad ¿Dónde quieres que esté sino dentro de tu cabeza? Por cierto, que deberías ordenar un poco todo esto. Tienes los apuntes de la universidad regados por todas partes, las matemáticas llenas de polvo, las estrategias del starcraft desactualizadas y las posturas del kamasutra ¿dónde las has metido? No las encuentro por ninguna parte.


Yo: Estamos en crisis, la cosa está jodida.


Álter ego crítico: Pues con esa negatividad vas a seguir igual toda tu vida ¡Empieza a escribir cosas más alegres, hombre!


Yo: ¿Qué quieres que haga? El pensamiento del escritor es la masilla del escultor, la brocha del pintor, la guitarra del músico. No le puedes pedir a los mimos que interpreten una película en plan "Mejor imposible".


Álter ego crítico: Hazte un favor a ti mismo y deja de compararte con mimos ¿quieres?


Yo: Son unos artistazos. Sufridores como Alex Ubago, pero artistazos.


Álter ego crítico: Cállate. No pienso seguir con esta conversación de besugos, me voy a la sección del porno un rato, al menos eso lo tienes bien fresco.

Fin del subconsciente

Imaginaos, llevo escribiendo una entrada desde hace unos nueves meses (¡Nueve meses!), y todavía no he encontrado el final idóneo que me convenza para publicarla, y eso que trata sobre mujeres, un tema que me encanta abordar en mis entradas y de los que más inspiración suelen ofrecerme. Habré modificado ese escrito unas 7543275489302 veces (me encantan las cifras formadas por pulsar aleatoriamente los números del teclado, mi cerebro libera endorfinas cuando lo hago) y aún así, sigue cogiendo polvo virtual en mi carpeta de "Escritos que debes tenerminar algún año de estos".

¡Por favor! ¿Qué ha cambiado desde aquellos tiempos en que publicaba una o dos veces en semana? ¿Se me han agotado las ideas? ¿Necesito cambiar de aires? ¿Qué tipo de musa me hace falta para salir del bache? ¿Estará buena esa musa? ¿La podré convencer para llevármela a la cama? ¿Le gustará el sexo oral? ¿Follará bien? ¡Demonios! No sé por qué pero me acaba de dar un arrebato terrible de ponerme a ver porno...

4 comentarios:

  1. Pasa mucho, Gadgame. Ocurre cuando llevas más de un año pariendo el blog y viendo que la gente entra pero no comenta. No te entristezcas, nos pasa a todos.

    Que sepas que aquí hay una lectora que se pasa habitualmente. Y siempre consigues que me ría cada vez que publicas

    ResponderEliminar
  2. Pocas veces he estado tan a punto de que me pillen en el curro masajeándome las bolas como cuando me descojono de risa leyendo tu blog. Ánimo y que no decaiga, la inspiración viene y va!

    ResponderEliminar
  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  4. Pues como siempre, me alegra y se agradecen los positivos comentarios de ambos.
    Como buen crítico autroproclamado, al primero que critico es a mi mismo. Y os digo que no hay que hacer mucho caso de las cosas que digo xD suelo escribir mucho por la noche, y la lluvia contra el crital a las cuatro de la mañana deprime a cualquiera. Por suerte me echo un sueñecito reparador y por la mañana se me va xD

    ResponderEliminar