La imagen con el zombie haciendo el gesto de black power, me inspiro de una manera extraña, recordándome una situación que seguro os será familiar. El título de la entrada también da una pista sobre este suceso. Se trata de una metáfora que se refiere a cuando un colega de tu grupo de amigos se echa novia. Podemos decir que cuando uno empieza una relación, es como jugar a la ruleta rusa; en la mayoría de los casos no pasa nada, pero si tienes mala suerte...
Pues si cae tal breva, sucede que el sujeto, víctima de cupido, empieza a ver cada vez menos y menos a sus colegas hasta llegado el punto en que estos se referieren a él como el muerto, fenecido, decapitado, enterrado vivo... cualquier sinónimo de difunto nos vale. No nos referimos evidentemente a que el pobre hombre vista el pijama de madera de manera literal, simplemente es una manera fácil y divertida de describir una situación triste. De repente, el día menos pensado, tu amigo decide asistir a una de vuestras reuniones típicas, con el objetivo de compartir con sus viejos amigos una de las actividades más comunes del gurpo: debatir sobre la crisis, hablar sobre las diferencias entre el PP y el PSOE, la política exterior que lleva Bono....... o fumar porros. Todo el mundo se alegra y se asombra de tal maravilloso evento y lo esperan con mucha ilusión. Ilusión que se derriba cual torres gemelas al verlo entrar con su novia de guardaespaldas.
¿Qué pasa aquí? ¿No pueden vivir el uno sin el otro? ¿Han hecho una simbiosis o algo? No es que te caiga mal su novia, sino que no se come donde se caga, joder. Pero al verle la cara que trae, te das cuenta de que el pobre hombre no está en su mejor momento. Lo ves cabizbajo, no suelta los típicos chistes tan distintivos suyos y para colmo te suelta un "No, yo hoy es que no voy a beber" ¡Santa madre de dios bendito! ¿Dónde está mi antiguo amigo? Ya no es el que era antes, parece un maldito zombie.
No saquen conclusiones precipitadas, este escrito no va habla sobre como las mujeres pueden controlar a los hombres. Todo lo contrario. Trata de lo calzonazos que somos los hombres. Yo lo reconozco, esto es así. No existe hombre indomable ante cualquier mujer, sólo hace falta que le toque la pareja adecuada para que lo domine. ¿Y qué va a hacer ella? Si el tio le tiende el brazo entero, pues lo coge, lo más normal de mundo. Si hubiera un maletín con un millón de euros y os dijeran "Coge todo lo que quieras" ¿os llevaríais sólo mil euritos porque sois muy altruistas, no? Pues eso.
Pero es complicado opinar sobre este tema. Para poder juzgar con sentido y justicia, habría que saber lo que sucede en el núcleo de la pareja. ¿Quién sabe por qué se comporta así nuestro querido compañero? Pueden existir diferentes motivos por los que esté todo el día encerrado con su novia, tenemos por ejemplo el sexo......y también....... bueno sólo se me ocurre un motivo, espero que follen mucho porque si no....
¿Y qué hacer frente a estas situaciones? ¿Pasas de tu amigo? ¿Le echas una bronca a tu colega y a su novia? Yo lo hice una vez y no os lo recomiendo. En ese tipo de discusiones se malinterpretan mucho las palabras. Me acuerdo que cuando le planté la mosca a uno de mis mejores amigos y su novia, fue principalmente su novia quien tomó la palabra, les dije:
- Eres una acaparadora que arrastra a los demás hacia sus problemas, hundiéndolos como si fueras un torbellino de pena.
- Se nota que estás enfadado pero no tienes porque tomártelo así. - Me responde ella - No son estas las formas. Puede que tengas razón o que no, pero sin duda no es manera de tratar a un amigo"
- ¿Qué tipo de amigo ignora a otro durante tres meses, siendo vecinos, no le dedica una tarde o le llama? ¿Se puede decir que somos amigos? ¡Si nunca nos vemos! - Contraataco yo con behemencia
- Bueno, hablando se solucionan las cosas. Hay tiempo para todo y para todo. Podemos organizarnos
- Eso mismo opino yo
- ¿Feliz?
- ¡Feliz!
¿Qué bien, no? Un final feliz tras discutir con una mujer ¿os lo creéis? Yo tampoco. Así es como yo creía que iban a pasar las cosas más o menos. Yo expondría mis quejas y lo resolveríamos como personas civilizadas ¡pero qué va! Os cuento realmente lo que pasó, el principio es el mismo:
- Eres una acaparadora que arrastra a los demás hacia sus problemas, hundiéndolos como si fueras un torbellino de pena.
- ¡Claro! ¡Siempre yo! ¡La culpable de todo! - La chavala hunde su rostro lloroso en sus manos y sale corriendo con una agilidad y habilidad para esquivar a la gente sorprendente, teniendo en cuenta que corre sin mirar al frente.
- Tío, te has pasado tres pueblos. - Responde mi amigo mientras va a consolarla. Yo me quedo con cara estupefacta y suelto en voz alta.
- Chacho... esto sonaba diferente en mi cabeza...
Esta discusión provocó que dejara de hablarme con mi colega durante casi un año y medio, pero quiero dejar claro que en posteriores reconciliaciones, tras romper su relación con la susodicha, me comentó que realmente tenía razón en lo que dije sobre ella aquel fatídico día, era una acaparadora y manipuladora con todas las de la ley. Entonces... ¿cómo es que perdí la discusión? Y creedme cuando os digo que la perdí. Quedé como el malo e insensible de la película, el amigo idiota, pesado e incomprensivo que se aloja durante unos días en la casa de la pareja protagonista de la película, e intenta romper su felicidad a base de malos modales, guarradas varias, fiestas nocturnas y comentarios como "Tú antes molabas, tío. Eras mi colega ¿Dónde está el antiguo Jhonny que arrasaba con las pibitas de la facultad?". Pues yo sé el porqué de esa derrota "dialéctica". Y el saberlo me enseñó la primera norma de las discusiones: No importa quien tenga o no tenga la razón, sino quien quede peor, y no hay mejor manera de echarle mierda al otro que haciéndose la víctima.
- Eres una acaparadora que arrastra a los demás hacia sus problemas, hundiéndolos como si fueras un torbellino de pena.
- Se nota que estás enfadado pero no tienes porque tomártelo así. - Me responde ella - No son estas las formas. Puede que tengas razón o que no, pero sin duda no es manera de tratar a un amigo"
- ¿Qué tipo de amigo ignora a otro durante tres meses, siendo vecinos, no le dedica una tarde o le llama? ¿Se puede decir que somos amigos? ¡Si nunca nos vemos! - Contraataco yo con behemencia
- Bueno, hablando se solucionan las cosas. Hay tiempo para todo y para todo. Podemos organizarnos
- Eso mismo opino yo
- ¿Feliz?
- ¡Feliz!
¿Qué bien, no? Un final feliz tras discutir con una mujer ¿os lo creéis? Yo tampoco. Así es como yo creía que iban a pasar las cosas más o menos. Yo expondría mis quejas y lo resolveríamos como personas civilizadas ¡pero qué va! Os cuento realmente lo que pasó, el principio es el mismo:
- Eres una acaparadora que arrastra a los demás hacia sus problemas, hundiéndolos como si fueras un torbellino de pena.
- ¡Claro! ¡Siempre yo! ¡La culpable de todo! - La chavala hunde su rostro lloroso en sus manos y sale corriendo con una agilidad y habilidad para esquivar a la gente sorprendente, teniendo en cuenta que corre sin mirar al frente.
- Tío, te has pasado tres pueblos. - Responde mi amigo mientras va a consolarla. Yo me quedo con cara estupefacta y suelto en voz alta.
- Chacho... esto sonaba diferente en mi cabeza...
Esta discusión provocó que dejara de hablarme con mi colega durante casi un año y medio, pero quiero dejar claro que en posteriores reconciliaciones, tras romper su relación con la susodicha, me comentó que realmente tenía razón en lo que dije sobre ella aquel fatídico día, era una acaparadora y manipuladora con todas las de la ley. Entonces... ¿cómo es que perdí la discusión? Y creedme cuando os digo que la perdí. Quedé como el malo e insensible de la película, el amigo idiota, pesado e incomprensivo que se aloja durante unos días en la casa de la pareja protagonista de la película, e intenta romper su felicidad a base de malos modales, guarradas varias, fiestas nocturnas y comentarios como "Tú antes molabas, tío. Eras mi colega ¿Dónde está el antiguo Jhonny que arrasaba con las pibitas de la facultad?". Pues yo sé el porqué de esa derrota "dialéctica". Y el saberlo me enseñó la primera norma de las discusiones: No importa quien tenga o no tenga la razón, sino quien quede peor, y no hay mejor manera de echarle mierda al otro que haciéndose la víctima.
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