lunes, 20 de junio de 2011
Pictures of Home, especialista en críticas
viernes, 17 de junio de 2011
Ya me ha llegado el verano
martes, 14 de junio de 2011
Las consecuencias del tuenti
miércoles, 8 de junio de 2011
La pregunta del millón
Hay cosas difíciles de pedir. Según el tipo de persona que seas, puede que te cueste más pedir unas cosas u otras, aunque también creo que depende de tu género. Yo pienso que los hombres lo tenemos mucho más difícil a la hora de pedir ciertas cosas, y no es que seamos inseguros ni nada de eso (que puede que si, no entraremos en ese tema), sino que hay circunstancias en las que te puede hacer falta algo de alguien, y que la otra persona puede tomárselo como un exceso de confianza, quizá sea el coche de un amigo, el primer beso a una chica, dinero a algún familiar o matrimonio a tu pareja, pero sin duda ninguna lo más difícil de pedir, es una mamada.
He buscado en mi interior la manera más romántica posible de pedir que te la chupen, pero no existe nada semejante. Se me han ocurrido cosas como “Una mamadita ¿eh?” en plan simpático-divertido, pero no funciona. También probé con “¿Y si practicamos sexo oral?” diciéndolo con educación, y te siguen mirando mal. Ya finalmente tomas medidas drásticas y sueltas “¡Chúpamela!”, mostrando decisión y autoridad, ¡pero que va!. La menos desagradable que he oido, me la comentó un amigo que decía “¿Y si le das un besito?”, mientras miras hacia abajo guiñándole un ojo. Esta no la he probado todavía, pero no suena tan mal, ya os contaré los resultados.
Uno se la juega pidiendo estas cosas, aunque siempre puedes recurrir al “Era broma”, a las más recatadas siempre les queda una mirada de sospecha y desprecio hacia ti, y llegados a ese punto colega, puedes haber jodido el polvo. Otras mujeres, ¡benditas ellas!, les encanta y se ponen manos a la obra, pero ¿Cómo diferenciar las unas de las otras? Ojalá todas las mujeres llevaran un distintivo que las identificaran como practicantes o no practicantes de sexo oral. Aunque el refranero español parece que nos ha ayudado mucho a establecer una línea separatoria entre unas y otras con la famosa frase “la que fuma chupa”, no debemos fiarnos mucho de él. Se puede usar como norma general, pero nos puede jugar una mala pasada ¿O acaso las frígidas no fuman?
Pues aquí me hallo, siempre en busca de soluciones a los problemas más importantes de la vida cotidiana, aunque esta es una de las muchas veces que tratándose de mujeres, no he encontrado la respuesta. Por ello con el fin de crear un mundo mejor y más fácil para todos, os pregunto ¿Vosotros como lo pedís? En el caso de las mujeres ¿Cómo os gustaría que os lo pidieran?
"Es curioso que se le denomine sexo oral a la práctica sexual en la que menos se puede hablar." Woody Allen.
martes, 7 de junio de 2011
Queja para no variar
Creada por algún científico de vete a saber que siglo, conocido unicamente por el profesor de turno, al que le parece increible que no conozcas al famosísimo Friedrich Mohs del siglo XVIII (¿de que coño van? Serán gentuza...), esta tabla puede englobar y dar un valor a todos los objetos físicos que se nos ocurran. Por si alguien no lo sabe, el objeto que ocupa el puesto nº1 de dureza es el diamante, y por el contrario el objeto más frágil que podemos encontrar en nuestra realidad es un ordenador de la universidad.
Pues sí querido lector, dudo que el famoso Friedrich Mohs se diera cuenta de este hecho, debido a la inexistencia del ordenador en su época, por ello no encontrarán estos datos en ningún libro, pero como buen científico de pie de calle que me considero, apoyaré mi premisa con las siguientes experiencias personales.
A diario, sucede en la facultad un evento interesante para estudiarlo. Pongámonos en situación: queda una hora y media para la siguiente clase, los alumnos desamparados buscan la ansiada amenización de un ordenador en la sala de informática. Pero se presenta aquí el primer inconveniente, la escasez de los recursos requeridos provoca una batalla social entre los miembros de la clase, algunos jóvenes verán cubiertas sus necesidades, sin embargo otros se verán obligados a deambular solitarios por la facultad, mientras ven como los depredadores más fuertes y rápidos se han quedado con los ordenadores.
Nada más entrar a la sala de informática activo mis cinco sentidos, entrando en un estado salvaje donde revivo las partes más primitivas de mi cerebro. Lo peor de todo es que la tarea de conseguir un ordenador decente, no sólo representa una pelea entre los miembros de la misma especie, sino que encima está llena de trampas ocultas. Aún suponiendo que salgas indemne de la manada de estudiantes que se apelotonan en una puerta unipersonal de 2x1 que conduce a la sala de informática, todavía te queda probar suerte en el campo de minas que supone elegir un ordenador.
Aproximadamente el 50% de los ordenadores están cascados; tienen algún desperfecto como que el cable de alimentación está roto, no cogen internet o para que la pantalla haga contacto con la corriente tienen que adoptar posturas inverosímiles. En lo que tardas en darte cuenta de que tú ordenador no funciona, ya todos los demás están ocupados, es la Ley de Murphy.
¿Y a que se debe todo esto? ¿Cómo los flamantes y rapidísimos ordenadores de la facultad han llegado a este estado? Pues primero, creo que todo universitario estará de acuerdo conmigo en que los ordenadores de su facultad reciben un trato equiparable al de una mujer maltratada, o incluso peor, ya que al ser un objeto inanimado no posee derecho ninguno y no existe opción de que tome represalias. Bajo una tapadera que actúa de autoengaño, creyendo que los ordenadores no son realmente de uno mismo, sino de la universidad, la gente se convence de que puede hacer lo que les de la gana con ellos, llegando a tales extremos en los que he llegado a presenciar una pelea de ratones al más puro estilo de nunchakus ninja.
Por el otro lado de la baraja, cualquier trabajador funcionario (no sé como he metido estas dos últimas palabras en la misma frase...) de la universidad, pensará leyendo esto que la culpa de todo la tienen los alumnos. Como toda persona que trabaja cara al público, pensará que la culpa es de los clientes (no me atrevo a entrecomillar la palabra clientes según el contexto por desgracia), y su pensamiento es totalmente razonable, sin embargo en mi facultad al menos INEF en la ULPGC (no soy de la gente que se calla los nombres), existe un caballero, bueno califiquémoslo como desvergonzado mejor, que trabaja en recepción, y uno de sus quehaceres es apagar todos los ordenadores de la sala de informática. Pues estoy seguro, de que todos los fallos de software se deben a que este tipo va todos los días apagando los ordenadores incorrectamente pulsando directamente el botón de apagado, sin dejar que el sistema se prepare para ello.
Sinceramente estoy hasta los cojones de sentarme en un ordenador y ver que no funciona, luego tengo que ver si todo está conectado, compruebo que al enchufe le llega corriente, que funcionan el ratón y el teclado, que recibe la señal, que se conecta a internet, tiene el firewall desactivado, el condensador de fluzo operativ, etc, etc, etc. Pues ni intento lanzar un mensaje a las masas, ni pienso enviar esto a ninguna ofinicina de quejas, simplemente me molesta mucho este hecho y cuando algo me molesta si no lo suelto exploto.
Y aunque vemos que los maltratadores de ordenadores vienen desde las dos caras de la moneda, algunas causas son más salvajes que otras hemos de reconocer, pero ¿Quiénes somos nosotros para juzgar los actos de la naturaleza?
"miedo, el día está cerca
sientes, que se abre la puerta
tiemblas, suda tu cuerpo
callas, su fiesta empieza
llega de muy mal humor
está cansado de estudiar
se ha olvidao la educación
vas a la cama y tienes miedo
A golpes! A golpes! A golpes!
A golpes! A golpes! A golpes!
Contra la pared!"
lunes, 6 de junio de 2011
En dos palabras
El lenguaje siempre ha tenido la capacidad de introducirse en la mente de otra persona, dentro de ella, puede efectuar cambios según sea su contenido. Aquí se haya el secreto de lo maravilloso que puede llegar a ser la comunicación. El arte del dominio de la lingüística es, a la vez que hermoso, muy útil en las relaciones con nuestros congéneres. Pero no hace falta ser un verdadero artista para conseguir las reacciones que esperamos de los demás con el lenguaje. A mismo pie de calle, existen dos palabras muy usadas habitualmente, que consiguen calmar cualquier situación desbocada. Ante cualquier suceso, estas dos palabras nos ayudan a salir de casi cualquier embrollo, tal es su poder, que simulemos una de las situaciones sociales más arriesgadas a las que un hombre puede estar expuesto, una novia enfadada. ¿A ninguno nos costará meternos en el papel no? Si acaso eres de esos seres benditos que no han tenido novia en su vida, imagina otro ejemplo cualquiera con tu madre (las hormonas les afectan por igual).
Tu novia ha encontrado esas conversaciones subiditas de tono que mantienes a veces con una amiga por el msn (a la cual te follarías, pero evidentemente no se lo vas a decir a ella). El enfado es monumental, pero tú hábilmente recuerdas esas dos palabras que te han salvado la vida durante muchas ocasiones antes, y tras el farfulleo descontrolado le sueltas como excusa "¡Eran bromas!". El "Era broma" ha salvado a millones de personas del linchamiento social durante toda nuestra historia. ¡Es más! deberían ponerlas en una especie de caja de cristal que ponga "¡rómapase en caso de emergencia!" Si Galileo hubiera dicho "Era broma" después de explicar la teoría del heliocentrismo, no sólo no lo hubieran degollado, sino que sería el cómico más importante de toda la historia.
Ciertamente, cuando más se demuestra la utilidad del "Era broma", es cuando quieres sobrepasar los límites de lo que la otra persona tiene moralmente establecido como normal. Nos metemos en situación una vez más; tienes dudas de si se lo tomará a bien o a mal, te lo has preguntado mucho tiempo y no sabes qué reacción tomará si se lo sueltas. Al final, cansado de tanto debatir contigo mismo, acabas reuniendo el valor y preguntas "mira y si... ¿te doy por culo? ¡Por probar cosas nuevas mujer!". Automáticamente, por los gestos maníaco-compulsivos que ha adoptado la cara de tu contrincante y por el comentario "¡Eres un guarro de mierda!" empiezas a atar cabos y a sospechar que no se lo ha tomado muy bien. Entonces vuelves y dices "¡era broma mujer!" y te quedas con la risa más forzada que puedes poner para ver si se retira tras el enorme farol que te acabas de pegar.
Pero esta gran frase, es un arma de doble filo, porque legados a la costumbre de usar tanto la misma, puede llevarte a dejar la guardia baja y acabar gastando su poder, aparentemente ilimitado. Y aquí es cuando descubres la contra del "Era broma" que es ni nada menos que: "¡Si claro! ¿Siempre es broma no?" y ahí amigo la cagaste. Prueba a decirle otras parejas de palabras de menor efectividad como "Te quiero" o "Lo siento", cuando los titulares se lesionan, hay que sacar a jugar a los suplentes.
Y amigos, hasta aquí mi homenaje a estas dos palabras que me han salvado la vida, y espero que lo sigan haciendo durante mucho tiempo. Y tranquila amiga fémina, si te ha herido o disgustado este texto puedo excusarme diciendo que: "¡Es broma!".
¿Si o no?
Una persona se compone de múltiples personalidades. Las decisiones que tomamos en el pasado, ahora nos traicionan y pensamos “¿Cómo pude yo hacer eso?”. Es cuestión de nuestro estado de ánimo, no es nuestra culpa sino de la realidad que nos rodea, de aquí sale un gran consejo a seguir que dice: “No tomes decisiones si estás enfadado, ni hagas promesas estando feliz”. La realidad es que solemos arrepentimos constantemente de los errores cometidos y de las oportunidades desaprovechadas del pasado, y nos engañamos pensando que si estuviéramos ahora en la misma situación no actuaríamos igual. Ni siquiera nos asustamos cuando le vemos los cuernos al toro, sino que nos lamentamos una vez en el hospital.
Es el destino irremediable de toda vida humana, equivocarse e intentar aprender de ello. Aquí se presenta el problema principal de todas las decisiones que tomarás en tu vida, el intentar averiguar cual, entre todas las respuestas, es la mejor. A la hora de elegir si irte a vivir solo, casarte con esa persona o meterte en una carrera universitaria, puedes arriesgarte, y aunque te equivoques, habrás obtenido una experiencia más en tu vida. No puedes tomar siempre las opciones correctas, por muy listo que seas nadie puede adivinar el futuro.
También puedes no mojarte y seguir con la monotonía del día a día, quizá seas de esos que les gusta la seguridad de lo cotidiano. Algo que no comparto, pero puedo entender, si todos saltáramos en paracaídas no sería tan emocionante ¿no? Para que algunas cosas destaquen deben estar rodeadas de otras mediocres. Pero cuando seas viejo ¿qué te queda? Puedes tener un montón de dinero por haberte matado a trabajar toda tu vida, pero ¿y los recuerdos y vivencias? No te costará mucho recordar toda tu vida si todos los días han sido prácticamente iguales.
Puedes tomar decisiones o evitarlas, quizá elijas la opción correcta o la errónea, es posible que aprendas o es posible que te equivoques en lo mismo durante toda tu vida. Pero por mal que lo hayas pasado, tendrás historias que contar a tus nietos, y quizá estos te recuerden y sigan tus consejos como guía para su vida, tú estarás muerto sí o sí, pero algo de ti habrá pasado a la siguiente generación y puede que también pase a la próxima. No vivas evitando las malas experiencias, vive buscando todas las experiencias que puedas.
domingo, 5 de junio de 2011
Dos grandes ejemplos de atracción
Quiero saber la respuesta a una pregunta ¿Qué coño quieren las mujeres? Sinceramente, si por algo me caracterizo, es por mi desconocimiento sobre el pensamiento femenino. Primero, soy especialmente tímido cuando se trata de ligar, no soy de esos que tienen la capacidad de entrarle a una piba, que los rechace, y seguir intentándolo toda la noche hasta que consigan a una que quiera movimiento en posición horizontal. Segundo, siempre he sido de hobbies más masculinos que femeninos, sobretodo de deportes o frikis, por lo que mi contacto con las mujeres en ese ámbito es bastante escaso, a excepción de la típica machona del colegio que juega al fútbol mejor que tú, o de la marginada social que se aísla jugando a rol con su grupo de héroes del medievo de D&D. Y tercero, yo soy una persona muy lógica, a+b=c en todo tipo de circunstancias, estudié bachiller de ciencias y sigo la misma rama en la universidad. No comprendo en absoluto los cambios de opiniones repentinos, las locuras ante problemas inexistentes, ni la pérdida de los nervios sin motivo.
Tampoco es que nunca haya estado con mujeres, ni que no me guste, me encanta el sexo, lo adoro y practico como el que más. Pero para disfrutar de este placer tan deseado necesitamos la presencia de nuestras inseparables compañeras, ¿las manos?, no en este caso amigos, me refiero a las mujeres. Tan queridas como incomprendidas para mí, la frase que mejor describe mi pensamiento es “no se puede vivir con ellas, ni sin ellas”. No me meteré en debates de que si son el sexo débil, ni comentarios por el estilo que todos ya estamos hartos de oir. Lo que me llama la atención realmente es lo que les impulsa a tomar sus decisiones. ¿Qué les motiva de un hombre? ¿Qué buscan en una relación? Aunque se lo preguntemos y nos lo digan ¿Realmente saben lo que quieren? ¿Sabemos acaso alguno lo que queremos?
Siempre he oído por ahí que las mujeres buscan hombres, y con hombres quiero decir HOMBRES, con rasgos típicos masculinos, fuertes, vigorosos, con decisión, que sepan cómo tratar a una mujer. Esta opinión es la típica que todos tenemos en mente sobre los deseos de las mujeres. Siempre que estés con una mujer y te diga “Te voy a enseñar un vídeo en el que sale un tío que ¡Buf!, para mí es el hombre perfecto”. A mí no me hace falta ver el vídeo para saber quién va a salir, un tipo alto, cachas, con barbita de un día o dos, y en muchas ocasiones paradójicamente, suelen salir con una mujer en el vídeo (buenísima a juego con el protagonista) que lo adora y se postra a sus pies, que supongo que esto les disparará el sentido de la competencia o algo, porque sino, no me lo explico.
Pues muy contraria a esta opinión, también existe otra creencia muy extendida por ahí, que es la del hombre metrosexual. Ya al tipo no lo vemos sin camisa, en una playa, con barbita descuidada, ahora el hombre va con un polito rosa, un afeitado preciso digno de un anuncio de gillete, dos gotas de una colonia Calvin Klein y le lleva una rosa a su amada en el parque. Él la respeta a ella, le escribe poemas, le dice cosas bonitas y le pone mensajitos en el muro del Facebook con cositas como “EreS eL ArcOiRIs Que hA BañAdO Mi ViDa eN EsTa DuLCe y FRia TaRDe De NovIemBre DuLCe”. Después de leer esta tremenda gilipollez, un hombre en su sano juicio piensa “Este tipo es imposible que folle, el oso de mimosín es más masculino que él”, luego arrastras la ventana hacia abajo y te ves un comentario de la novia expresando ¡Cuan romántico le ha parecido el detalle que ha tenido su amado!
Un servidor, al ver estos dos ejemplos equidistantes suceder en el mismo universo piensa “¿Están las mujeres locas o son cosas mías?”. Lo más sorprendente es que en muchas ocasiones ¡Se trata de la misma mujer! Que ha tenido dos relaciones con dos hombres de los dos tipos descritos, y uno, pues vuelve a pensar “¿Pero cómo coño se explica esto?”. A la conclusión que yo he llegado es que las mujeres son avariciosas, quieren tener todo en sus vidas, y antes de que me claven los cuchillos de cocina me explico.
El ser humano, tanto hombre como mujer, es envidioso por naturaleza, quiere lo que no tiene, y cuando ve a otro pasándoselo de puta madre con algo, desea ese algo. Entonces la sociedad entra en juego aquí. Nos han comido tanto la cabeza con películas románticas donde salen el hombre y la mujer perfectos, que hemos seguido nuestros instintos queriendo imitarlos para vivir nosotros también una película de ensueño. Lo que pasa es que los hombres en este apartado somos más simples, lo que nos venden las películas no son situaciones románticas, ni chicas detallistas, ni cenas a la luz de las velas. Nos venden tías cañón, básicamente. Esto es porque los hombres lo que queremos es follar, y aquí viene la pregunta del millón y volvemos al principio, pero… ¿Qué coño quieren las mujeres?
sábado, 4 de junio de 2011
¿Y a mi que coño me importa?
Dedicaré un párrafo a explicar la metáfora por la que muchos os habréis quedado anonadados. “Pesadilla antes de Navidad” una gran película de la que no tengo queja ninguna, con un gran mensaje en su interior, ha influido mucho en la sociedad, tanto para bien, como para mal, ya que ha sido el desencadenante de una serie de reacciones que no puede controlar, y a ello me refiero a la subcultura, grupo social, banda callejera o lo que coño sea, los emos. Podemos verlo claramente con el famoso Jack Skeleton, tan malvado como sentimental y tan molón como solitario, es el personaje más representativo y en el que se basan todas las “creencias”, del “movimiento”, de nuestros “amigos”, incomprendidos.
Y aquí es donde, volviendo al tema que nos interesa, Internet la ha cagado. Al igual que Tim Burton, Internet ha provocado algo que ya es imposible de parar, se trata de la generación de sucedáneos de fotógrafos, escritores, filósofos y libre pensadores que hoy por hoy pululan por la red. A nadie le cuesta lo más mínimo hacer doble clic en una página y empezar a escupir ideas sin ton ni son, esperando gloria por ello.
Los hay de todos los tipos, desde el típico chaval que se compra una cámara y se dedica a subir fotos retocadas en tono sepia al tuenti, hasta la típica adolescente que se crea un blog para decir lo mal que se porta la vida con ella, debido a que su novio el macarra se la mete sin vaselina.
Desde luego ¡nunca fue tan fácil dar el calificativo de arte hasta hoy! Haciendo alusión a la famosa frase “para gustos los colores”, cualquiera puede ya vanagloriarse en su mediocridad sin derecho a crítica casi. Y vamos, no es que me haye en contra de la cultura ¡y mucho menos de la realización personal! Pero sí, en contra de los títulos autoimpuestos, la filosofía barata y las estrategias mediocres de muchos adolescentes para llamar la atención.
Así, cualquiera que me lea puede aplicarme el mismo cuento que predico y cazar al cazador, pero una cosa te pregunto, si no te interesa esto... ¿para qué coño lo lees?
viernes, 3 de junio de 2011
Crítica gama de cereales Flakes
1º Flakes
Gracias a Dios, antes de desechar la idea de aficionarme a los Flakes decidí porbarlos con leche para darles una segunda oportunidad. Ahora mismo soy de la opinión que los Flakes son los mejores cereales que se pueden mojar en leche de su liga. Los Flakes son un diamante en bruto que necesitan de la leche para exprimir todo su sabor escondido. Gracias a ello los Flakes adquieren un enviable 9 sobre 10 en la escala.
2º ChocoFlakes
Los ChocoFlakes si entran ya a jugar en la liga de los mayores. Los ChocoFlakes son presentados con nuestro mismo monstruo y amigo llamado "Benito", en una caja bastante parecida a la de su predecesor, intentando provocar que los consumidores antiguos de Flakes relacionen su nuevo producto con el anterior, y así conseguir que el producto tenga suficiente arranque para engachar al cliente, buen plan de marketing y punto positivo para el equipo de Cuetara, pero estos temas dejémoslos a parte y juzguemos directamente lo que nos interesa.
El ChocoFlake se mantiene fiel a la galleta del Flake anteriormente descrita, pero produce un revolucionario cambio que provocará un antes y un después en esta gama de cereales, en vez de poseer cereales de trigo azucarado en su interior posee ligeras bolitas de chocolate. Este innovador y arriesgado cambio provoca cierta incertidumbre a la hora de probar el ChocoFlake por primera vez, pero yo fui de los que le dio esa aportunidad y uno de los muchos que no se arrepentieron.
El ChocoFlake desencaja del resto porque es el único que si comes muchos acabas con la boca llena de yagas. La textura del ChocoFlake es bastante dura y al poseer chocolate en su interior se te queda apastelado en la boca, quedándole a uno el típico bolo alimenticio entre los dientes, punto negativo para el ChocoFlake, pero que conste, es su único punto flaco. El sabor del ChocoFlake vale con creces el sacrificio de tener que ir al dentista el día de mañana, las bolitas de chocolate en su interior provocan que el consumidor no se contente tan solo con uno, además si el inconveniente de derruirte el paladar te parece demasiado, pruébalos con leche que dispararán su sabor y evitarás tener que levantarte temprano para pedir cita a tu médico. Un muy bien conseguido 8 sobre 10, juzgando dentro ya de la liga de cereales chocolateados.
3º ChocoLokoFlakes
El equipo de Cuétara se enfrenta aquí a un duro reto, mejorar su producto predecesor, el ChocoFlake. Esta ardua tarea, al igual que muchos de los misterios de la vida, obtiene su solución con la respuesta más simple. "¿Qué podemos hacer para mejorar un cereal con chocolate? Pues echarle más chocolate" con esta simple pero desiciva acción,y con un nombre que enfatiza el estilo radical que han tenido sus antepasados cereales, el equipo de científicos de innovación de Cuétara, nos hace llegar a nuestros hogares los ChocoLokoFlakes.
La idea del ChocoLokoFlake es simple; chocolate, galleta y más chocolate. Entre un sandwich de abundante chocolate, se haya aún imperturbable, la receta de la galleta original. El baño de chocolate que posee no tiene nada que envidiar al de otros cereales, y al notar el diferente tono con el chocolate interior... es una degustación que no tiene precio.
Paradojicamente y cambiando con la carrera que llevavan la gama de Flakes, estos son los únicos que los recomiendo tomar sin leche. Esto es debido, a que el baño de chocolate exterior se haya al descubierto e indefenso contra los mecanismos de acción y reacción que la leche provoca en el mismo, y podemos arriesgarnos a perder un porcentaje de la capa chocolateada, disfrutando así de una menor cantidad de chocolate previo, algo que sin duda queremos evitar.
9 sobre 10 en la escala Richter.
4º Flakes Nocilla
Un amigo me comentó una vez, mientras comíamos unos ChocoFlakes, que creía saber cual sería el siguiente paso en la línea de cereales, apostaba que sería algo así como ChocoLokoWhiteFlakes, y que serían como el ChocoLokoFlake pero con una mezcla de chocolate blanco y chocolate negro. Yo sinceramente acabé convencidísimo de lo que me contaba mi amigo y pensé que así sería, hasta que vi los Flakes Nocilla.
He de decir que los Flakes Nocilla los vi apartados en un supermercado de pueblo por primera y única vez, decidí comprarlos inmediatamente pero me algo me subió por la faringe, obstruyéndome las vías respiratorias y dejándome sin aliento "¿casi 4 euros por un paquete de cereales que encima ofrece menor cantidad que los antiguos ChocoLocoFlakes? ¡Señor me vuelvo a los clásicos que nunca defraudan!", pero pensé "¡Un día es un día!" y me los llevé para casa. Ya que me había gastado un dineral en los cereales decidí sacarles el mayor partido posible a su sabor y esperé a que estuviera fumadísimo para comérmelos (esa misma noche, no me andé con contemplaciones). Una vez en situación probé el primer Flake Nocilla a palo seco. Siendo absolutamente sincero, pensé que había tirado el dinero; "Esto es peor que los cereales rellenos de chocolate del mercadona, (en verdad estos son unos grandes cereales) pero mucho más caro". La nocilla apenas se notaba, se trataba de un sabor fugaz que había que estar buscando con la lengua para poder degustar un poco de la aparentemente excasa crema de avellanas. ¡Encima la galleta se había minimizado! "La gota que colmó el vaso" pensé. Se abandonó el antiguo modelo apostando por uno más pequeño y de más consistencia. Un duro golpe para mi autoestima, y otro duro golpe para mi cartera, un triste 5 sobre 10, después de que sus compañeros alcanzaran tan altos puestos en el podio, esto era como llevar a una coja a un campeonato de gimnasio rítmica ruso.
PERO, fui un comprador inteligente en el supermercado, al coger los Flakes nocilla fui directo a por un cartón de leche, acto previsor que agradecería posteriormente. No gozaba de vaso en mi cuarto mientras comía, y de todas maneras estaba demasiado colocado para estar sirviéndome, o sea que me tomé un poco de leche y seguidamente un cereal, mezclándolos como pude en mi boca. Duras críticas recibieron por mi parte los Flakes Nocilla, pero grandes alabanzas lanzé después de haberlos probado con leche. El sabor de la nocilla y la textura de la galleta habían aumentado su calidad ¡considerablemente!, impresionante lo que puede provocar la mezcla de cereales con leche que ahora les asigno un 9 sobre 10, siendo su único punto malo su elevado coste, pero si los veo en otro supermercado 1 euro más baratos, ni me lo pienso 2 veces antes de otorgarles la máxima calificación.
Aplaudo a los creadores de tan maravillosos productos, y habiendo leido esto, ya solo se le puede pasar una pregunta por la cabeza del lector "WTF?" (What The Flake?)