domingo, 5 de junio de 2011

Dos grandes ejemplos de atracción


Quiero saber la respuesta a una pregunta ¿Qué coño quieren las mujeres? Sinceramente, si por algo me caracterizo, es por mi desconocimiento sobre el pensamiento femenino. Primero, soy especialmente tímido cuando se trata de ligar, no soy de esos que tienen la capacidad de entrarle a una piba, que los rechace, y seguir intentándolo toda la noche hasta que consigan a una que quiera movimiento en posición horizontal. Segundo, siempre he sido de hobbies más masculinos que femeninos, sobretodo de deportes o frikis, por lo que mi contacto con las mujeres en ese ámbito es bastante escaso, a excepción de la típica machona del colegio que juega al fútbol mejor que tú, o de la marginada social que se aísla jugando a rol con su grupo de héroes del medievo de D&D. Y tercero, yo soy una persona muy lógica, a+b=c en todo tipo de circunstancias, estudié bachiller de ciencias y sigo la misma rama en la universidad. No comprendo en absoluto los cambios de opiniones repentinos, las locuras ante problemas inexistentes, ni la pérdida de los nervios sin motivo.

Tampoco es que nunca haya estado con mujeres, ni que no me guste, me encanta el sexo, lo adoro y practico como el que más. Pero para disfrutar de este placer tan deseado necesitamos la presencia de nuestras inseparables compañeras, ¿las manos?, no en este caso amigos, me refiero a las mujeres. Tan queridas como incomprendidas para mí, la frase que mejor describe mi pensamiento es “no se puede vivir con ellas, ni sin ellas”. No me meteré en debates de que si son el sexo débil, ni comentarios por el estilo que todos ya estamos hartos de oir. Lo que me llama la atención realmente es lo que les impulsa a tomar sus decisiones. ¿Qué les motiva de un hombre? ¿Qué buscan en una relación? Aunque se lo preguntemos y nos lo digan ¿Realmente saben lo que quieren? ¿Sabemos acaso alguno lo que queremos?

Siempre he oído por ahí que las mujeres buscan hombres, y con hombres quiero decir HOMBRES, con rasgos típicos masculinos, fuertes, vigorosos, con decisión, que sepan cómo tratar a una mujer. Esta opinión es la típica que todos tenemos en mente sobre los deseos de las mujeres. Siempre que estés con una mujer y te diga “Te voy a enseñar un vídeo en el que sale un tío que ¡Buf!, para mí es el hombre perfecto”. A mí no me hace falta ver el vídeo para saber quién va a salir, un tipo alto, cachas, con barbita de un día o dos, y en muchas ocasiones paradójicamente, suelen salir con una mujer en el vídeo (buenísima a juego con el protagonista) que lo adora y se postra a sus pies, que supongo que esto les disparará el sentido de la competencia o algo, porque sino, no me lo explico.

Pues muy contraria a esta opinión, también existe otra creencia muy extendida por ahí, que es la del hombre metrosexual. Ya al tipo no lo vemos sin camisa, en una playa, con barbita descuidada, ahora el hombre va con un polito rosa, un afeitado preciso digno de un anuncio de gillete, dos gotas de una colonia Calvin Klein y le lleva una rosa a su amada en el parque. Él la respeta a ella, le escribe poemas, le dice cosas bonitas y le pone mensajitos en el muro del Facebook con cositas como “EreS eL ArcOiRIs Que hA BañAdO Mi ViDa eN EsTa DuLCe y FRia TaRDe De NovIemBre DuLCe”. Después de leer esta tremenda gilipollez, un hombre en su sano juicio piensa “Este tipo es imposible que folle, el oso de mimosín es más masculino que él”, luego arrastras la ventana hacia abajo y te ves un comentario de la novia expresando ¡Cuan romántico le ha parecido el detalle que ha tenido su amado!

Un servidor, al ver estos dos ejemplos equidistantes suceder en el mismo universo piensa “¿Están las mujeres locas o son cosas mías?”. Lo más sorprendente es que en muchas ocasiones ¡Se trata de la misma mujer! Que ha tenido dos relaciones con dos hombres de los dos tipos descritos, y uno, pues vuelve a pensar “¿Pero cómo coño se explica esto?”. A la conclusión que yo he llegado es que las mujeres son avariciosas, quieren tener todo en sus vidas, y antes de que me claven los cuchillos de cocina me explico.

El ser humano, tanto hombre como mujer, es envidioso por naturaleza, quiere lo que no tiene, y cuando ve a otro pasándoselo de puta madre con algo, desea ese algo. Entonces la sociedad entra en juego aquí. Nos han comido tanto la cabeza con películas románticas donde salen el hombre y la mujer perfectos, que hemos seguido nuestros instintos queriendo imitarlos para vivir nosotros también una película de ensueño. Lo que pasa es que los hombres en este apartado somos más simples, lo que nos venden las películas no son situaciones románticas, ni chicas detallistas, ni cenas a la luz de las velas. Nos venden tías cañón, básicamente. Esto es porque los hombres lo que queremos es follar, y aquí viene la pregunta del millón y volvemos al principio, pero… ¿Qué coño quieren las mujeres?

2 comentarios:

  1. Gran entrada. Motivado a escribir nada más crear el blog, ¿eh? A ver si te dura... XDDDDDD

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  2. A ver, a ver xD mientras no me deprima todo y empiece a escribir sobre lo mal que me trata el mundo, la cosa irá viento en popa!

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